Un freeware (término que se forma a partir de la expresión inglesa free software) es un programa informático cuya distribución es gratuita, por lo cual el usuario no tiene que pagar para instalarlo y utilizarlo. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con el software libre, los usuarios no están habilitados a modificar su código.
Por eso es importante distinguir entre el software gratuito o freeware y el software libre. Mientras que el primero tiene como principal característica la gratuidad de distribución, el segundo presenta como propiedad fundamental la autorización a alterar su código de programación original.
Origen del concepto
Como ocurre con casi todos los conceptos relacionados con los ordenadores, la palabra freeware es relativamente joven, ya que fue acuñada en el año 1982 por Andrew Fluegelman, quien tenía la intención de evitar los métodos de distribución tradicionales para su programa PC-Talk. Fue entonces que registró el término y dio comienzo a una costumbre que miles de desarrolladores han adoptado desde entonces (cabe señalar que en la actualidad los derechos de autor sobre este vocablo ya no le pertenecen a Fluegelman).
Siendo más estrictos, deberíamos decir que el método que usó Fluegelman para distribuir su programa era en realidad el que hoy en día llamamos shareware, pero esto es meramente anecdótico ya que no impidió el nacimiento del freeware como concepto. Una de las razones por las cuales un desarrollador puede optar por este tipo de distribución es dar a conocer su producto o sus habilidades, para luego ofrecerles una versión más reciente o simplemente para ganar popularidad.
Comparación entre el freeware y el shareware
Es más apropiado comparar al freeware con el shareware y no con el software libre. Un shareware es un software que se distribuye gratuitamente, aunque solo permite su uso durante un cierto tiempo o con funcionalidades limitadas. El objetivo es que el usuario pueda conocer el programa y luego, si queda conforme, pague la licencia correspondiente para acceder a su versión completa.
En el caso del freeware, se distribuye gratis con su funcionalidad completa y sin limitaciones temporales. En ciertas ocasiones, los desarrolladores pueden pedir donaciones que les permitan continuar con su trabajo.
Licencias y ejemplos
No se puede dejar de mencionar que el freeware tiene licencia. Aunque su distribución y su uso sean gratuitos a nivel general, muchas veces se imponen restricciones, como la prohibición de vender el software o de emplearlo en una empresa con fines comerciales.
El antivirus Avast, el programa de recuperación de archivos Recuva y el software de cartografía y fotografía satelital Google Earth son ejemplos de freeware: tienen versiones que pueden descargarse y usarse sin cargo. También los videojuegos calificados como free to play se consideran freeware.
Motivaciones para la creación de freeware
Algunas compañías desarrolladoras de software ofrecen las versiones antiguas de sus programas en forma de freeware, para darles a los usuarios una idea de la calidad de sus productos; claro que también les informan de las prestaciones que sólo se incluyen en la más reciente, para tentarlos a comprarla si quedan satisfechos con la gratuita. Estas ediciones viejas a veces se consideran obsoletas por diferentes razones, como ser la falta de compatibilidad con los sistemas operativos o los drivers modernos, y esto explica que sus creadores no cobren por ellas.
Si bien no es lo más normal, hay desarrolladores que ofrecen productos gratis simplemente porque no desean ganar dinero por su distribución. Gracias a ellos, miles de creadores de contenido digital pueden completar sus proyectos sin necesidad de invertir dinero en todas las aplicaciones complementarias. No olvidemos que para crear un vídeo, un sitio web o una aplicación, por ejemplo, necesitamos varias herramientas, y si todas fueran comerciales muy pocas personas podrían afrontar un proceso creativo de este tipo.