El primer paso que vamos a dar antes de entrar de lleno en el significado del término fulminante es conocer su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente de “fulminas, fulminantis”. Palabra esta que, a su vez, procede del verbo “fulminare”, que puede traducirse como “lanzar rayos eléctricos”.
El adjetivo fulminante está vinculado al verbo fulminar: despedir rayos, fundir, dejar a alguien rendido, provocar la muerte. El concepto tiene múltiples usos de acuerdo al contexto.
Por ejemplo: “El nuevo impuesto que propone el gobierno sería fulminante para nuestro sector: más de mil empresas podrían cerrar sus puertas”, “El segundo gol del conjunto local resultó fulminante”, “En un fulminante choque entre dos motocicletas, tres jóvenes perdieron la vida”.
Entre los sinónimos de fulminante nos encontramos con palabras tales como radical, súbito, repentino, meteórico o tajante. Por el contrario, entre sus antónimos podemos destacar otras tales como pausado, progresivo, escalonado, paulatino o parsimonioso.
Una de las acepciones de fulminante que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario alude a aquello que puede causar un estallido debido a las cargas explosivas. La pólvora fulminante, en este marco, resulta inflamable ante un roce o un choque con un cuerpo duro.
Con respecto a este significado relacionado con las explosiones tenemos que hacer hincapié en la existencia de lo que se conoce como cápsula fulminante. Esta, que también responde al nombre de pistón, viene a hacer mención a la parte de un cartucho de explosivo en la que precisamente va alojada la sustancia explosiva en cuestión.
El origen de esta mencionada cápsula se encuentra en el siglo XIX, en concreto, en las armas de percusión de aquel momento y hay que conocer, además, que existen dos tipos diferentes de ella. Así, por un lado, está la cápsula que se sustenta en el sistema Berdan, que fue creado en la segunda mitad del siglo XIX por el coronel estadounidense Hiram Berdan. Ese sistema establece que el yunque se encarga de llevar el fuego a la cápsula a través de dos oídos.
Por otro lado, está la cápsula fulminante sustentada en el sistema Boxer, que fue creado por un almirante británico que le dio su apellido. En aquel el fuego llega a la materia explosiva por un único oído.
El oro fulminante, por otra parte, es el oro precipitado del agua regia mediante el amoníaco, capaz de provocar una explosión por percusión o frotamiento.
El uso más habitual de la noción, de todos modos, se asocia con aquello que genera un efecto inmediato o que se produce de manera súbita: “El delantero marcó el primer gol del seleccionado nacional con un derechazo fulminante”, “La nueva película del cineasta inglés tuvo un éxito fulminante, alcanzando una recaudación millonaria a los pocos días de haber sido estrenada”, “El conductor del noticiero fue despedido de forma fulminante luego de que expresara su desacuerdo con los directivos del canal”.
Supongamos que una persona que gozaba de buen estado de salud contrae una infección y, tres días más tarde, muere. Puede decirse que el sujeto fue víctima de una infección fulminante que acabó con su vida de manera abrupta.
