El término gola alude a la garganta de un individuo. Se trata de un término que procede del latín, específicamente de gula.
La gola, por lo tanto, es la zona que se ubica entre el ingreso del esófago y de la laringe y el velo del paladar. Se trata de una región vulnerable que, en el caso de los animales, suele ser destino de los ataques de muchos depredadores.
El canal navegable que permite el ingreso de las embarcaciones a un puerto y la moldura arquitectónica con perfil de S también reciben la denominación de gola.
En el canto
Es habitual que la idea de gola se emplee para referirse a la garganta y, por extensión, a la voz de un cantante. Por ejemplo: “Mañana tengo un show, así que debo cuidar la gola”, “El cantor volvió a maravillar con su gola sin igual”, “Los años de excesos hicieron estragos en la gola del artista”.
Es importante señalar que en el ámbito del canto lírico, el término gola no siempre tiene una buena connotación. Por ejemplo, la expresión engolar la voz significa usarla de forma incorrecta, enfocando la fuerza en la garganta en lugar de concentrarla en el diafragma para controlar el aire. También se habla de cantar de garganta, que tiene el mismo significado y es lo opuesto a lo que persiguen los cantantes de ópera.
Adorno para el cuello
Otro uso de gola refiere a un adorno de encajes y tul o de lienzo doblado que antiguamente se utilizaba en el cuello. Era rígida y se usaba como accesorio de moda, especialmente en la vestimenta femenina, durante los siglos XVI y XVII, en la época del Renacimiento y el Barroco.
Las golas de encaje y tela eran elementos decorativos que se agregaban a los vestidos y trajes de la época para realzar la elegancia y la sofisticación de la vestimenta. Podían ser muy elaboradas y estar adornadas con encajes intrincados, bordados y detalles ornamentales. A menudo, se llevaban debajo de los vestidos o túnicas y se colocaban alrededor del cuello y los hombros, creando un efecto de contraste con el resto de la ropa.
Pieza de armadura
También se llama gola a la pieza que, en una armadura, permitía resguardar la garganta. La gola se colocaba sobre el peto (el sector de la armadura que garantizaba la cobertura del pecho) e incluso protegía la parte trasera de la cabeza, en especial el sector que el bacinete no llegaba a cubrir.
Confeccionada con mallas en sus orígenes, la gola empezó a utilizarse en el siglo XIII. Luego surgieron las golas metálicas que podían abrirse y cerrarse y finalmente estas piezas fueron reemplazadas por el gorjal.
La gola se desarrolló a lo largo del tiempo en diferentes formas y estilos, adaptándose a las necesidades cambiantes de la guerra y la moda. Algunas versiones tempranas consistían en una simple extensión del yelmo o casco que protegía el cuello y el mentón, mientras que otras evolucionaron en elaboradas estructuras que también funcionaban como elementos de diseño.
En muchas armadura completas de la Edad Media y el Renacimiento, la gola estaba hecha de placas de metal articuladas que permitían al guerrero moverse con relativa libertad mientras mantenía la protección. Estas placas podían estar decoradas con grabados, diseños en relieve o incluso elementos ornamentales para exhibir el estatus y la riqueza del portador.
Insignia militar
Una gola también es una insignia militar con forma de media luna que cuelga del cuello. Se usa en los uniformes para indicar el rango, la posición o el servicio de una persona dentro de una organización. Puede estar hecha de tela, metal u otros materiales, dependiendo de las regulaciones y tradiciones específicas de la fuerza armada en cuestión.
Este tipo de gola se utiliza comúnmente en las fuerzas militares de varios países como un símbolo de rango o categoría dentro de la jerarquía militar. La forma puede variar en tamaño y diseño según el rango del individuo. Los colores, bordados y adornos en la gola también pueden ser específicos de la rama militar y del rango del portador.