Se conoce como golpe al acto y consecuencia de golpear, un verbo que hace referencia tanto a los impactos físicos como a los de carácter simbólico. El Estado, por su parte, es una modalidad que permite organizar a una sociedad de manera soberana y coercitiva y con autoridad para regular el funcionamiento de la comunidad dentro de un determinado territorio.
Al conjugar las definiciones de ambos términos surge la noción de golpe de Estado. Se trata de una acción violenta llevada a cabo por fuerzas militares o rebeldes que busca quedarse con el gobierno de un Estado. El golpe de Estado, de esta manera, supone la sustitución de las autoridades existentes y el cambio de mando de las instituciones estatales por imposición.
Orígenes del concepto
En concreto para establecer el origen del término tenemos que retrotraernos a la Francia del siglo XVIII cuando comenzó a utilizarse aquel para referirse a todas aquellas acciones de carácter violento que el rey llevaba a cabo sin tener en cuenta las normas establecidas, moral y legalmente, en la sociedad. El hecho de que las acometiera de esta forma se amparaba en que eran necesarias por el bien común.
El golpe de Estado constituye una violación y falta de reconocimiento hacia la legitimidad constitucional ya que atenta contra las reglamentaciones legales de llegada y permanencia en el poder. Es posible distinguir entre dos grandes tipos de golpes de Estado: el golpe institucional es aquel que tiene lugar cuando llegan al poder ciertos integrantes del propio partido en funciones, mientras que el golpe de carácter militar es concretado por las fuerzas armadas. En las últimas décadas se ha sumado la noción de golpe de mercado para hacer referencia a los cambios institucionales que tienen lugar por la presión de grupos económicos en condiciones de desestabilizar la economía.
Ejemplos de golpe de Estado
Entre los golpes de Estado más importantes de la historia destaca, por ejemplo, el que tuvo lugar en España en el año 1936. Una acción esta que fue llevada a cabo contra el gobierno reinante en ese momento, la II República, y que desembocó en la época más cruenta del país: la Guerra Civil. Un conflicto bélico que trajo horror, desolación y muerte a la nación y que acabaría con la instauración de una dictadura impuesta por los sublevados a cuyo frente estuvo Francisco Franco.
No obstante, en España han tenido lugar otros golpes de Estado igualmente relevantes. En concreto otro de los más conocidos fue el fallido que fue llevado a cabo el 23 de febrero de 1981 por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. Un plan que fue frustrado gracias a la acción del Rey y del general Alfonso Armada.
En lo que va de siglo XXI también se han producido diversos golpes de Estado en todo el mundo. Entre los más significativos están el de Tailandia en 2006 por parte del ejército, el de Honduras en 2009 o el de abril de 2012 en Guinea-Bisaú.
Revolución, guerra civil y desobediencia
Existen varios términos que suelen utilizarse como sinónimos de golpe de Estado pero que, en realidad, tienen otros significados. Una revolución, por ejemplo, implica un cambio social profundo, algo que puede no estar presente en un golpe de Estado.
La guerra civil, por otra parte, es un enfrentamiento militar extendido en el tiempo entre integrantes de una misma sociedad (el golpe de Estado, en cambio, es una acción rápida). Las rebeliones, revueltas y motines, por último, son desobediencias colectivas sin intenciones de tomar el poder.