Las guerras napoleónicas son una serie de enfrentamientos armados que se desarrollaron entre mayo de 1803 y noviembre de 1815. En estos conflictos, las tropas del Imperio francés lideradas por Napoleón Bonaparte lucharon con los ejércitos de distintas coaliciones europeas.
Los historiadores reconocen la existencia de siete guerras napoleónicas, aunque las primeras se enmarcan también en las llamadas guerras revolucionarias francesas. Tras la finalización del último de los enfrentamientos, se llevó a cabo un encuentro internacional conocido como Congreso de Viena que reordenó el territorio europeo y apuntó a restablecer el absolutismo.
Contexto histórico de las guerras napoleónicas
El contexto histórico de las guerras napoleónicas está marcado por el desarrollo y las consecuencias de la Revolución francesa. Este proceso social se desarrolló entre 1789 y 1799 y provocó la caída de la monarquía absoluta de Luis XVI y el final del feudalismo.
A la monarquía absoluta la siguió una monarquía constitucional durante un año (también con Luis XVI al frente), que fue sucedida por la Primera república francesa hasta 1799.
El 9 de noviembre de 1799 (o, de acuerdo al calendario revolucionario, el 18 de brumario), Napoleón concretó un golpe de Estado que le permitió instaurar el consulado como forma de gobierno. Finalmente, en 1804, el cónsul Bonaparte obtuvo la autorización para acceder al título de emperador, dando nacimiento al Imperio francés o Imperio napoleónico.
En este contexto se inició el desarrollo de las guerras napoleónicas. De todos modos, no existe un consenso sobre el comienzo de estos conflictos bélicos. Las dos primeras confrontaciones (la guerra de la primera coalición y la guerra de la segunda coalición) se integran también en los acontecimientos conocidos como guerras revolucionarias francesas. Así, muchos analistas suelen establecer convencionalmente que las guerras napoleónicas empezaron en 1803, cuando el Reino Unido le declaró la guerra a Francia luego de un periodo pacífico marcado por el Tratado de Amiens.
La primera coalición
La guerra de la primera coalición fue una consecuencia de la primera iniciativa que varios países europeos desarrollaron en conjunto para trata de frenar a la Revolución francesa. Las batallas tuvieron lugar entre 1792 y 1797, comenzando como una reacción a la declaración de guerra francesa contra Prusia y Austria.
El Reino de Prusia, la Monarquía Habsburgo, el Reino Unido de Gran Bretaña, el Reino de Cerdeña, el Reino de Nápoles, las Provincias Unidas de los Países Bajos, el Sacro Imperio Romano Germánico y el Reino de Portugal integraron esa primera coalición.
La batalla de Marquain, la batalla de Jemappes, la batalla de Valmy, la batalla de Neerwinden, la batalla de Mas Deu y la batalla de Fleurus fueron algunos de los acontecimientos más importantes de esta guerra que culminó con la victoria de Francia, que tuvo a España de su lado desde 1796. Los franceses pasaron a controlar el norte italiano, Renania y los hasta entonces Países Bajos Austríacos. El conflicto se cerró con la firma del Tratado de Campo Formio.
Las guerras napoleónicas: 1798-1802
La segunda coalición tuvo como integrantes al Sacro Imperio Romano Germánico, el Reino Unido, el Archiducado de Austria, el Reino de Portugal, el Reino de Nápoles, el Reino de Sicilia, el Imperio otomano, el Imperio ruso y los Estados pontificios. El objetivo de la alianza en esta fase de las guerras napoleónicas era revertir las conquistas francesas.
Las acciones bélicas se pusieron en marcha en 1798, cuando Napoleón impulsaba la campaña de Egipto. A su regreso, dio el golpe de Estado y asumió todo el poder de su nación, dirigiendo al ejército en las siguientes etapas de esta guerra.
La batalla de Marengo y la batalla de Hohenlinden estuvieron entre las contiendas más relevantes de la guerra de la segunda coalición, que culminó con la firma del Tratado de Amiens y el Tratado de Lunéville y un nuevo triunfo francés.
Otro intento por frenar a Bonaparte
En 1805 se estableció la tercera coalición para desbancar a Napoleón Bonaparte y reducir la influencia cultural, política y militar francesa en Europa. En esta ocasión, Reino Unido, el Imperio ruso y el Imperio austríaco encabezaron el conjunto que enfrentó a Francia, apoyada por el Reino de España.
Esta fase de las guerras napoleónicas duró tres años, donde tuvo lugar la legendaria batalla de Trafalgar. Allí, la armada británica dirigida por Horatio Nelson consiguió imponerse a la flota napoleónica, desarticulando la intención del emperador francés de invadir Inglaterra.
Sin embargo, la guerra de la tercera coalición también concluyó con saldo positivo para Francia, que pudo consolidar su imperio, conquistar Nápoles y fomentar la creación de la Confederación del Rin (formada por sus Estados clientes). Además se disolvió el Sacro Imperio Romano Germánico.
Las guerras napoleónicas de 1806 a 1809
Las guerras napoleónicas de 1806 a 1809 se desarrollaron en dos grandes enfrentamientos.
La cuarta coalición del Reino de Prusia, el Imperio ruso, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, el Reino de Sajonia, el Reino de Suecia y el Reino de Sicilia enfrentaron al Imperio francés y al Imperio español entre 1806 y 1807, hasta la firma del Tratado de Tilsit. Esta victoria francesa llevó a Prusia a perder la mitad de sus territorios, ya que debió cederlos al Gran Ducado de Varsovia, al Reino de Westfalia encabezado por Jerónimo Bonaparte (hermano menor de Napoleón) y a la propia Francia.
La quinta coalición se basó en el acuerdo entre el Reino Unido y el Imperio austríaco, acompañados por el Reino de Portugal, el Reino de Sicilia, el Reino de Cerdeña y la Regencia de España. Los acontecimientos se desplegaron durante seis meses de 1809, hasta que Francia concretó su quinta victoria en las guerras napoleónicas.
La caída de Napoleón
La sexta coalición, cuya guerra se desarrolló entre 1812 y 1814, tuvo como principales referentes al Imperio ruso, el Reino de España, el Reino Unido, el Reino de Portugal, el Reino de Prusia, el Imperio austríaco y el Reino de Suecia. Este grupo logró finalmente vencer y derrocar a Napoleón Bonaparte.
La batalla de Leipzig fue el suceso decisivo que marcó la caída de Napoleón. Luego, el 30 de marzo de 1814, los aliados consiguieron ingresar a París y la abdicación de Napoleón Bonaparte se efectivizó el 13 de abril. El Tratado de Fontainebleau fijó las condiciones para su exilio a la isla de Elba, concretándose la restauración de los Borbones de la mano de Luis XVIII. Asimismo se llevó a cabo el Congreso de Viena.
El final de las guerras napoleónicas
El final de las guerras napoleónicas se produjo con la séptima coalición, cuando las potencias del Congreso de Viena intervinieron ante el regreso de Napoleón a París en 1815.
Con la denominada Campaña de los Cien Días, Reino Unido, Prusia, Austria y Rusia le infligieron la derrota definitiva a Bonaparte en la batalla de Waterloo. Así, Napoleón volvió a partir al exilio (esta vez, a la isla de Santa Elena) y empezó la Europa de la Restauración o la Restauración europea.