Habano es un término que puede emplearse como adjetivo o como sustantivo. En el primer caso, el concepto suele aludir a aquel o aquello vinculado a La Habana y, por extensión, a Cuba en general.
El uso más habitual de la noción, de todos modos, es como sustantivo. En este caso, un habano es un cigarro puro que se fabrica en el territorio cubano con hojas de plantas cultivadas en la misma isla.
Un cigarro es un rollo de hojas de tabaco que se fuma. El fumador debe encender el cigarro por un extremo y aspirar por el otro. Cuando el cigarro se hace con papel, envolviendo el tabaco, se lo denomina cigarrillo.
En el caso del habano, es un cigarro puro ya que no está liado con papel, sino que se hace exclusivamente con el tabaco enrollado. Además, para que los puros sean considerados habanos, la totalidad del tabaco que contiene debe haber sido cultivado en Cuba y también secado y manufacturado en dicho país.
De acuerdo a los especialistas, los habanos tienen una calidad extraordinaria por las particularidades del suelo y las condiciones climáticas de Cuba, a las que se suman los conocimientos y la experiencia de los campesinos y los fabricantes de la nación.
Los grandes fumadores de habanos apuestan, sin lugar a dudas, por dos marcas fundamentalmente ya que destacan por su tradición y su calidad. Una de ella es Cohiba, que fue puesta en marcha en el año 1966 y que cuenta con su fábrica en El Laguito, en La Habana.
Durante muchos años se centró única y exclusivamente en darle forma a habanos para agasajar a ilustres figuras y también para el que durante muchos años estuvo al frente del país, Fidel Castro. No obstante, con el paso del tiempo comenzó a comercializar sus habanos para todos los fumadores. En la actualidad, es la marca que tiene más prestigio en todo el mundo.
Una singularidad es su nombre. En concreto, hay que saber que Cohiba es una palabra que usaban los pobladores originarios de la isla, los indios taínos, para nombrar a las hojas de tabaco enrolladas que se fumaban.
Otra de las marcas más reconocidas a nivel internacional en materia de habanos es Montecristo, que se fundó en La Habana allá por 1935. Su nombre viene precisamente de la novela “El conde de Montecristo”, escrita por Alejandro Dumas, porque era la que el lector de la fábrica leía a los trabajadores.
Cuenta con una gran variedad de vitolas para diferenciar a las variedades de habanos que prepara: Edmundo, que tiene una longitud de 135 milímetros; Montecristo A, que posee un largo de 235 milímetros; Petit Edmundo, que cuenta con 110 milímetros de longitud; Open Eagle, que tiene 150 milímetros de largo…
Cabe destacar que el tabaco es una planta nativa de América del Sur que, con el correr de la historia, llegó a Cuba. Los pobladores nativos de la isla consumían habitualmente la planta con fines curativos y ceremoniales y fueron especializándose en su cultivo. Todo este bagaje se vio reflejado en el desarrollo de la tradición de los habanos.