En la lengua caribeña llamada taíno es donde se encuentra el origen etimológico de la palabra que ahora nos ocupa. Exactamente podemos determinar que deriva del término «hamaka», que luego pasó al francés como «hamac».
La noción de hamaca puede referirse a diferentes objetos según la región. La primera acepción del término que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) hace referencia a una red alargada, fabricada con un tejido resistente, que se fija a dos soportes firmes para quedar colgada y servir como columpio o cama.
Estas hamacas, por lo tanto, son redes o lonas que se sujetan a dos árboles, postes u otros soportes, quedando suspendidas en el aire. La persona puede acostarse en la hamaca para dormir o descansar. Si dos sujetos sostienen los extremos de la hamaca, se puede emplear para trasladar a alguien o algo.
No hay que pasar por alto que se considera que el origen de la hamaca se encuentra en los pueblos indígenas de América Central, que las fabricaban con tejidos naturales que tenían en su entorno así como con cortezas de árbol. Esas las colgaban de los troncos de los árboles para evitar que mientras descansaban pudieran ser «atacados» por la presencia de roedores o de algunos insectos.
Es más, al parecer, en los meses más fríos debajo de ellas colocaban por la noche brasas para así poder descansar y estar calientes al mismo tiempo.
En la actualidad, las hamacas son frecuentes en algunas playas. También pueden instalarse en los espacios abiertos de las casas, como jardines o patios.
A este tipo de hamacas se las conoce como hamacas paraguayas en Argentina y en Uruguay. Esto permite diferenciarlas de las hamacas que en otros países reciben el nombre de columpio.
Un columpio (o, como dijimos, hamaca en varias naciones latinoamericanas) es un asiento que, a través de sogas o cadenas, pende de una estructura de madera o metal. El asiento, por lo tanto, puede balancearse para adelante y para atrás. Las hamacas o columpios, de este modo, constituyen un entretenimiento infantil muy popular.
Hay hamacas con respaldo y otras con huecos para introducir las piernas. El objetivo es que el niño esté más seguro y no se caiga con el movimiento.
También puede llamarse hamaca a una mecedora: una silla que, por su diseño, permite balancearse. Los individuos que se sientan en una hamaca suelen relajarse con el vaivén.
En la actualidad, cada vez son más los hogares que cuentan con hamacas en su interior. Eso se debe a que aquellas traen consigo ventajas tales como disponer de una singular zona de descanso, aportarle originalidad a las casas e incluso otorgar un toque étnico.
En este caso, si se tienen en consideración los materiales con los que son creadas esas hamacas de interior, podemos destacar varios tipos: las de tela, que son transpirables y resistentes; las de rejilla, las de crochet, las de cuerda…
Asimismo, cuando se trata de modelos a modo de columpio o silla los materiales pueden ser naturales como el mimbre o el bambú. No obstante, también las hay de madera, de basalto, de plástico…