La raíz etimológica de hebilla se halla en el latín vulgar fibella, que es el diminutivo de fibŭla. Una hebilla es una pieza que se utiliza para sujetar algo o a modo de cierre mediante diferentes clases de enganches o broches.
Por lo general las hebillas disponen de uno o más clavos que se articulan en una varilla. Hay hebillas en relojes, bolsos, cinturones, calzado y muchos otros objetos. Es importante destacar que, más allá de su función específica, estos elementos también se usan como ornamentación. En el caso de los ropajes y el calzado, por ejemplo, la utilidad de la hebilla era similar a la que más tarde tuvo la cremallera, es decir, para mantenerlos cerrados y aferrados al cuerpo.
Por ejemplo: “Me compré un cinturón que tiene la imagen de un caballo en la hebilla”, “Se rompió la hebilla de mi reloj y ahora no lo puedo usar”, “Creo que los zapatos con hebilla son muy elegantes”.
El material con el que se fabrica la hebilla de un cinturón, un bolso, un par de zapatos o un reloj repercute en el precio final del producto. Si bien lo primero que miramos en este tipo de accesorios no es esta pequeña parte sino quizás, en el caso de un bolso, su tela e incluso la tira con la que debemos colgarlo sobre nuestros hombros, las personas más entendidas buscan que cada una sea de gran calidad.
Puede decirse que una hebilla es una alternativa a un prendedor, un pasador o un broche. En la Antigüedad, las hebillas se producían con marfil, hueso o metal y se utilizaban en los uniformes militares y para la fijación de la silla de montar. Con el correr de los siglos surgieron las hebillas con varios pitones y las hebillas con rodillo, entre otras.
Las hebillas de múltiples pitones se dividían en varias partes, cada una con su nombre específicos, como se puede apreciar a continuación: constaban de un pitón, un pestillo, un perno y un clavillo. Aproximadamente un siglo más tarde aparecieron las hebillas de rodillo, que son muy usadas en la actualidad: el clavo se encuentra sujeto a una pieza cilíndrica que le da un cierto grado de movilidad para rotar y pasar por un hueco y producir el cierre una vez que vuelve a la posición inicial, como ocurre en los cinturones.
Los antiguos romanos, así como los antiguos griegos, usaban la hebilla a modo de corchete, broche, pasador, prendedor o fíbula imperdible, en especial como parte de los uniformes militares para completar el diseño de las corazas y los cinturones de espadas, entre otras de las partes del equipamiento.
También se llama hebilla al objeto que se utiliza para sujetar el cabello. En este caso, las hebillas son broches que contribuyen a conservar un peinado o que impiden que el pelo caiga sobre el rostro y genere molestias.
Las hebillas para el cabello suelen considerarse como un accesorio más en el desarrollo del estilo o el look. Si una mujer luce un vestido rosa, por citar un caso, puede recurrir a una hebilla del mismo color en su cabeza.
En este sentido, la hebilla es uno de esos accesorios que el machismo consiguió que fueran asociados con la mujer de manera exclusiva, aunque en la realidad muchos hombres también la utilicen para mantener en orden su cabello. Es importante recordar que cualquier persona puede usar el cabello largo, al menos en culturas occidentales como los países latinoamericanos y España, sin dejar de lado Estados Unidos, Italia y Francia, entre otros; no es algo exclusivo de las mujeres y las niñas.