Un helicóptero es un vehículo aéreo que vuela gracias a una hélice de eje vertical movida por acción de un motor. De este modo puede ascender y bajar verticalmente.
Aeronave de alas giratorias
La sustentación aerodinámica de estas aeronaves, por lo tanto, se basa en la rotación de palas en torno a un eje vertical. Se trata de aeronaves de alas giratorias, a diferencia de los aviones (que son aeronaves de ala fija).
Al elemento rotativo de los helicópteros se lo denomina rotor. Por lo general el rotor principal se encuentra sobre el sector superior, instalado en un mástil vertical. Además suele haber un rotor de cola. Cada rotor tiene al menos dos palas que le otorgan a la nave fuerza de empuje y fuerza de sustentación.
Gracias al rotor, el helicóptero puede despegar y aterrizar verticalmente, con lo cual no requiere de una pista. El rotor también hace que el helicóptero tenga sustentación sin desplazarse, pudiendo volar sobre una misma zona de manera eficiente.
Usos del helicóptero
Por sus características, los helicópteros son ideales para llegar a lugares aislados o congestionados, adonde otras clases de aeronaves no pueden llegar con facilidad. Al estar en condiciones de permanecer estáticos en el aire, también resultan muy útiles en salvatajes. Por el contrario, su poca capacidad de carga y su escasa autonomía de vuelo dificultan su uso en otras circunstancias.
En la actualidad los helicópteros se emplean de múltiples modos. Desde tareas de búsqueda y rescate hasta vigilancia, pasando por el traslado de pasajeros y el desarrollo de ofensivas militares, los helicópteros cumplen con muchas funciones.
Vuelo estacionario
El vuelo estacionario es una de las dos modalidades que admite el helicóptero, y consiste en hacer que se eleve en un solo eje, es decir que no avance ni se traslade hacia los lados. A pesar de lo que pueda parecer, se trata de la tarea que más desafíos presenta al conductor.
Precisamente, este tipo de vuelo, que también se conoce con el nombre de estático, demanda más energía por parte de los motores para que el vehículo se mantenga en el lugar, dado que no aprovecha ninguna fuerza de sustentación, como sí lo hace al avanzar. Para conseguir la estabilidad, el piloto debe llevar a cabo varias correcciones, un trabajo que requiere destreza y precisión.
Si bien el vuelo estacionario del helicóptero es difícil de lograr, cada uno de los controles juega un papel bien definido: el cíclico elimina el movimiento horizontal; el colectivo regula la altitud; los pedales controlan la dirección del vehículo. En la combinación de todos ellos se encuentra la complejidad, porque no es posible ajustar solamente uno, de manera que cada acción acarrea otras dos obligatoriamente.
Vuelo de traslación
También se conoce como vuelo de traslación, y es el más común, ya que se trata del que permite llevar el helicóptero de un punto a otro. En este caso, en lugar de «luchar» contra las cuestiones propias de la física, el piloto puede aprovecharlas para combinarlas con su uso de los diferentes controles y conseguir su objetivo. Como dato curioso, es más difícil de lograr cuanto menor sea la altura.
Durante la primera etapa de traslación horizontal, es necesario aplicar más potencia y controlar la altitud, porque el vehículo tiende a descender. A medida que se incrementa la velocidad, por otra parte, la denominada sustentación traslacional, un fenómeno aerodinámico, reduce dicha necesidad.
Como hemos visto en el caso del vuelo estacionario, controlar el helicóptero es más difícil cuanto menor sea el desplazamiento. Esto también se puede apreciar en la estabilidad, que puede repercutir en la comodidad de los pasajeros, en particular de los que sientan miedo a volar.