Del latín heros, que a su vez deriva de un vocablo griego, la palabra héroe hace referencia a un hombre que es famoso, ilustre y reconocido por sus virtudes o hazañas.
Por ejemplo: «Luciano es un pequeño héroe de apenas doce años que salvó a su madre de morir en un incendio», «Mi tío es un héroe de guerra que cuenta con varias condecoraciones», «Diego Maradona fue el héroe argentino en el campeonato mundial de 1986».
El héroe en un poema o epopeya
En una epopeya o un poema épico, el héroe es el personaje principal y quien desarrolla las acciones más importantes. En la mitología tradicional, por otra parte, un héroe es aquél que es más que un hombre pero menos que un dios, ya que nació de un ser divino y de un ser humano.
El héroe, en ese sentido, suele encarnar los rasgos más sobresalientes y valorados de su cultura de origen. Presenta, por lo tanto, las habilidades idealizadas que le permiten concretar grandes hazañas, o actos heroicos, que son los que le dan fama y lo convierten en alguien admirado por el resto de la comunidad.
Los valores
Salvar a la gente de una muerte casi segura o derrotar a un enemigo muy poderosos son las acciones heroicas por excelencia en la mitología antigua y en la épica. En la sociedad moderna, en cambio, los héroes pueden representar otros valores. De esta manera, el responsable de un éxito deportivo o el artista admirado pueden ser considerados como héroes. También hay personas que se erigen como héroes al superar distintos tipos de adversidades.
Las problemáticas actuales incluyen el maltrato a los animales, los abusos sexuales a menores, el racismo y el desprecio a los homosexuales, con consecuencias que muchas veces parecen peores que la muerte, por lo cual un héroe de nuestros tiempos no encuentra utilidad en un escudo y una espada, sino que centra su accionar en el diálogo, en la búsqueda de generar conciencia en la población, para conseguir un cambio profundo.
A pesar de tener género masculino, muchas veces se utiliza este término para dirigirse a mujeres; esto no necesariamente denota una actitud machista, aunque deriva de una realidad de esa naturaleza: durante siglos, la figura del hombre ha dominado la historia, aunque más no sea porque se haya ocultado o tergiversado la verdad, y en el inconsciente colectivo el heroísmo está fuertemente ligado a la masculinidad. Afortunadamente, gracias a un número cada vez más grande de mujeres luchadoras, llegará el día en el que esto no sea así.
El viaje del héroe
Se conoce como el viaje del héroe a esa serie de cambios que atraviesan quienes se embarcan en una aventura más allá de los límites de su imaginación. Este patrón narrativo, utilizado en infinidad de obras y leyendas de carácter popular, describe de forma incuestionable la transformación que convierte a un ser aparentemente normal en un héroe. Se trata de un fenómeno que puede apreciarse fuera de la literatura, en la vida de esas personas que parecen no pertenecer a su entorno, que no logran encontrar su lugar junto a su familia y a los amigos de la infancia, y que sienten el deseo incontenible de cortar sus raíces.
El héroe siente una llamada, asume una responsabilidad que le exige convertirse en alguien más poderoso, más sabio. Debe dejar su lugar de nacimiento para enfrentarse a peligros y desafíos que lo fortalecerán, tanto física como mental y emocionalmente. El camino es largo y agotador; el héroe duda, pero nunca se rinde. Cuando concluye su primera odisea, la vuelta a casa lo enfrenta con una realidad dura e imposible de modificar: su pasado está más lejos que nunca, y las personas que una vez fueron sus seres queridos, hoy son rocas aferradas a la tierra, a una tierra que deberá dejar atrás una vez más, y para siempre.