La hipovolemia es el cuadro médico caracterizado por una disminución significativa en la cantidad normal de sangre. Dicha reducción en el volumen sanguíneo puede tener su origen en diversos factores, como deshidratación o hemorragia.
No obstante, tampoco podemos pasar por alto el hecho de que existen otras causas que pueden dar lugar a que alguien padezca de hipovolemia. Así, entre aquellas se encuentran un golpe de calor, una peritonitis, quemaduras, marasmo (desnutrición), una reacción adversa o la fiebre de Lassa, que es una enfermedad que se transmite a través de las ratas.
Individuos con hipovolemia
El individuo que sufre hipovolemia se destaca por su palidez, padece taquicardia y su pulso es débil. El corazón, a raíz de la alteración sanguínea, se ve obligado a incrementar su actividad, mientras que la sangre deja de llegar a las zonas superficiales y alcanza sólo a los órganos más importantes del cuerpo. La estructura epitelial se enfría (ya que la temperatura desciende para disminuir la demanda de oxígeno que conduce el caudal sanguíneo) y la respiración se vuelve más rápida (en un intento por aportar más cantidad de oxígeno).
En caso de hipovolemia, los médicos deben suministrar suero fisiológico para incrementar la presión sanguínea y normalizar el pulso.
El shock hipovolémico
Se conoce como shock hipovolémico, choque hipovolémico o choque hemorrágico al síndrome que tiene lugar cuando el volumen circulante de sangre se reduce de tal manera en que el corazón ya no es capaz de bombear suficiente sangre al cuerpo.
Heridas, fracturas, alteraciones en lo que es la coagulación de la sangre, una peritonitis o sangrados de tipo gastrointestinal son algunas de las causas que pueden dar lugar a que alguien tenga un choque hipovolémico.
Con el shock hipovolémico, las células no reciben la cantidad de sangre que necesitan para cumplir con sus funciones, lo que puede hacer que los órganos no funcionen con normalidad. Este síndrome, por lo tanto, requiere de atención médica urgente.
A la hora de frenar ese mencionado choque el profesional médico recurrirá a diversas acciones y tratamientos en base a la causa, repercusión o gravedad del mismo. Pero eso sí, deberá actuar, como hemos citado anteriormente, de manera urgente pues el cerebro y el corazón aguantan muy poco tiempo sin recibir el aporte sanguíneo necesario.
Ello supondrá que si no se actúa de manera rapidísima la persona afectada, en menos de diez minutos, no sólo entre en una situación de muerte cerebral sino que además pueda fallecer sin ningún tipo de remedio.
Mantener a la persona caliente para que no entre en estado de hipotermia, colocar una vía intravenosa, administrarle los medicamentos necesarios e incrementarle la presión arterial son algunas de las actuaciones necesarias para paliar el citado choque que como decimos puede tener graves y mortales consecuencias si no se actúa convenientemente. Entre las mismas también se incluyen el daño renal o la gangrena de brazos y piernas que obliguen a la amputación.
La hipovolemia, por lo tanto, puede desembocar en un choque hipovolémico. El ser humano, de todas formas, puede sufrir una pérdida de hasta un 10% en su volumen de sangre sin grandes consecuencias sobre la presión sanguínea ni el gasto cardíaco.