Homo es el género de los primates homínidos que pertenece a la tribu de los homininis. La única especie de Homo que aún subsiste es el Homo sapiens (el ser humano actual), ya que todas las demás se han extinguido.
Homo sapiens puede traducirse como “hombre sabio”. Los científicos califican como Homo sapiens arcaicos a varias especies de Homo que surgieron hace unos 600.000 años y que comparten diversas características con el Homo sapiens, aunque no tienen la misma anatomía.
Distintas denominaciones
Los Homo sapiens modernos, por su parte, tienen una apariencia similar al ser humano de la actualidad. Estos individuos habrían vivido en un periodo de entre 260.000 y 100.000 años antes del presente. En cuanto al Homo sapiens sapiens (el hombre actual), se cree que tiene una antigüedad de unos 195.000 años.
Cabe destacar, de todos modos, que la denominación trinomial (Homo sapiens sapiens) ya no suele utilizarse porque se ha descartado el nexo filogenético entre el Homo neanderthalensis y el ser humano de la actualidad, aunque en ocasiones se emplea para realizar la distinción entre el ser humano arcaico y el actual.
El cuerpo y la mente del Homo sapiens
El cuerpo del Homo sapiens dispone de un elevado nivel de complejidad, con una interrelación estrecha entre sus órganos, tejidos, aparatos y sistemas. Su capacidad de locomoción y de movimiento, sus pulgares oponibles (que facilitan el uso de instrumentos) y su dimorfismo sexual son otras características físicas.
La principal diferencia del Homo sapiens con otras especies del género Homo, de todas maneras, se halla en sus capacidades mentales. El ser humano es consciente de sí mismo, de su pasado y su condición de mortal; puede planificar; desarrolla pensamientos abstractos, etc.
El lenguaje
Si bien es posible encontrar el concepto de lenguaje en la naturaleza, suele utilizarse para referirse a las lenguas naturales, lo que el ser humano usa para su comunicación. Martin Heidegger, un filósofo alemán del siglo XX cuya imagen suele asociarse al nazismo dada su cercana y favorable relación con dicha etapa funesta de la humanidad, consideraba que sólo el hombre, el Homo sapiens, es capaz de utilizar un lenguaje; en una de sus tesis más conocidas, expresó que el lenguaje es la casa del ser y el sitio donde yace la esencia de nuestra especie.
Ernst Cassirer, filósofo contemporáneo a Heidegger oriundo de Prusia, tenía una forma similar de entender estos conceptos: definió como al Homo sapiens como la máxima expresión del animal simbólico, apoyándose en que casi no es posible concebir un pensamiento humano sin recurrir a la simbología, especialmente del significante como elemento que colabora con el pensamiento complejo, que trasciende el plano del instinto para ir más allá de lo tangible y de lo vivido.
Nivel lingüístico del Homo sapiens actual
En la actualidad, nuestra especie muestra claros avances a nivel lingüístico con respecto a los comienzos del Homo sapiens, casi 200.000 años atrás, ya que explora su lado simbólico a través de los más de 6 mil lenguas que se hablan en la Tierra. Sin embargo, cabe mencionar que más de la mitad de la población mundial (que se encuentra en torno a los 7.000 millones) domina como mínimo uno de los siguientes idiomas: español, chino mandarín, inglés, hindi, árabe, ruso, portugués o bengalí.
Gracias al uso del lenguaje, el Homo sapiens ha conseguido transmitir la sabiduría que iba adquiriendo en cada generación a sus contemporáneos y descendientes, pero también ha podido explorar sus capacidades y aprender de las ajenas, tanto de las de otros humanos como de aquellas que advertía en individuos de las demás especies. Además, desde la invención de la escritura y, más tarde, de la imprenta, los conocimientos de una persona pueden quedar inmortalizados y ser consultados en cualquier parte del mundo.