Hueso es un término con origen en el latín ossum. El concepto permite nombrar a las piezas duras que forman el esqueleto de los vertebrados. Por ejemplo: «Ayer me caí de la motocicleta y me rompí un hueso», «Un jugador sufre una terrible fractura expuesta y queda con un hueso al aire», «Mi abuela siempre se queja del dolor de huesos».
Los huesos están compuestos mayoritariamente por tejido óseo (un tipo especial de tejido conectivo formado por células y componentes calcificados) y poseen cubiertas de cartílagos, vasos, nervios y otros elementos.
En el ser humano, los huesos tienen una gran capacidad de regeneración y reconstitución, cumpliendo con funciones importantes en la protección de los órganos vitales (como el corazón o el cerebro) y permitiendo el movimiento del cuerpo (ya que forma el aparato locomotor).
Enfermedades de los huesos
Entre las causas de las enfermedades óseas se encuentran las infecciones, la mala nutrición, los problemas genéticos y el cáncer. A continuación se detallan algunos de los trastornos más comunes que afectan directamente el esqueleto:
Osteoporosis
Se trata de una condición que acarrea la pérdida de mucha masa ósea, tras lo cual los huesos se debilitan y pueden romperse muy fácilmente. El significado del término es literalmente «huesos porosos». Cabe mencionar que las personas con más riesgo de padecer esta enfermedad son las mujeres blancas, especialmente una vez que han atravesado la menopausia, dado que ya no cuentan con el estrógeno necesario para mantener los huesos a salvo de potenciales fracturas. La etapa ideal para prevenir su aparición es entre los 25 y los 40 años, y se recomienda ingerir suplementos de calcio, así como ejercitar los músculos con pesas. Curiosamente, la natación no ofrece colabora directamente con la lucha contra la osteoporosis, a pesar de ser considerada el deporte más completo.
Osteogénesis imperfecta
También conocida como huesos de cristal, es una enfermedad genética que se origina por un problema en el depósito de colágeno, lo que causa una especial fragilidad en el esqueleto.
Raquitismo
Es una enfermedad que tiene lugar en los primeros años de vida, y aparece por no exponerse lo suficiente a la luz del sol, o bien por no contar con suficiente vitamina D en el organismo. En ambos casos, los huesos se ablandan y se deforman, especialmente los que conforman las extremidades inferiores. Suele ser la razón por la cual se arquean las piernas.
Osteomalacia
Se trata de una forma del raquitismo que aparece en la adultez. Es más común en mujeres con problemas de nutrición que hayan sido madres varias veces.
Trastornos de postura
Son curvas anómalas en la columna vertebral, generalmente causadas por la osteoporosis o por problemas congénitos. Los tres más comunes son la lordosis (curva lumbar muy acentuada, frecuente en mujeres embarazadas y hombres con obesidad mientras dura el exceso de peso), la escoliosis (curva lateral visible cuando se observa la espalda) y la cifosis (vulgarmente llamada joroba, es una curva de las vértebras torácicas).
Otros usos del término
Cuando se utiliza en plural, el término puede hacer mención a los restos mortales de una persona: «Sus huesos fueron trasladados al cementerio de su ciudad natal», «El cantante había solicitado que, tras su muerte, sus huesos fueran alojados en la bóveda familiar».
La noción de hueso también se utiliza para nombrar a la parte dura en el centro de algunos frutos que contiene la semilla. En este caso, hueso puede ser sinónimo de carozo: «Ten cuidado con las aceitunas, que tienen hueso», «No vayas a atragantarte con el hueso de las guindas».
Aquello que causa mucho trabajo o que resulta incómodo puede definirse como hueso: «El rival será un hueso duro de roer», «¿Y ahora que vamos a hacer con este hueso?».