Lo primero que debes saber es que ictericia es una palabra que tiene su origen etimológico en el griego. En concreto, proviene del adjetivo “ikteros”, que puede traducirse como “amarillo”.
Ictericia es un término que se emplea en el terreno de la medicina para aludir a la tonalidad amarillenta de las mucosas y de la piel provocada por un aumento de los pigmentos biliares que se encuentran en la sangre.
La ictericia, por lo tanto, suele vincularse a un incremento del nivel de bilirrubina (pigmento biliar de tono amarillo) en los tejidos. La bilirrubina tiende a acumularse en aquellos tejidos que presentan una cantidad elevada de fibras elásticas, como la conjuntiva y el paladar.
Es importante comprender que la ictericia no es una enfermedad: se trata de un signo clínico que revela la existencia de un proceso patológico que sucede en algún tramo del metabolismo normal de la bilirrubina.
Dicho procedimiento metabólico se inicia a partir de la degradación de los glóbulos rojos una vez que han cumplido su ciclo de vida. En esta instancia estas células se van rompiendo y liberan su contenido en el torrente sanguíneo. Esto permite que los macrófagos (células que se desarrollan la fagocitosis) fagociten la hemoglobina, una proteína que estaba presente en los glóbulos rojos. De este modo la descomponen en el grupo hemo y la globina. El grupo hemo, a su vez, experimenta una oxidación catalizada que produce, entre otros elementos, biliverdina, que termina siendo reducida en bilirrubina.
La bilirrubina puede aparecer como bilirrubina simple o no conjugada, o conjugarse con ácido glucorónico (bilirrubina conjugada). Según qué tipo de bilirrubina se detecta en exceso, la ictericia adquiere diferentes denominaciones.
La ictericia prehepática surge por una liberación de bilirrubina no conjugada vinculada a la anemia hemolítica o por el incremento de bilirrubina simple debido a un bajo nivel de albúmina. La ictericia hepática, en tanto, aparece por problemas en el hígado, mientras que la ictericia posthepática se vincula al tránsito lento de bilirrubina causado por cálculos en la vesícula biliar u otro trastorno.
Cabe destacar que la ictericia es habitual en los bebés recién nacidos, pudiendo ser fisiológica (por la falta de madurez del metabolismo) o patológica (requiere tratamiento médico).
