Inquisitivo es un término que procede del latín inquisitivus y que hace referencia a aquello perteneciente o relativo a la averiguación o la indagación. Cabe destacar que el verbo inquirir está vinculado a examinar, averiguar o indagar cuidadosamente algo.
Por ejemplo: “El tribunal se mostró inquisitivo con la víctima, lo que despertó las críticas de los abogados defensores”, “Te sugiero decirle la verdad a tu padre: anoche se puso inquisitivo conmigo y no me gusta tener que mentir”, “Algunos periodistas se muestran inquisitivos con los deportistas pero poco firmes con los políticos”, “No voy a tolerar que alguien que apenas conozco pretenda volverse inquisitivo conmigo”.
Perseverancia para acceder a determinada información
Alguien inquisitivo, por lo tanto, es aquel que inquiere con perseverancia y diligencia las cosas, con la intención de acceder a una cierta información. La inquisición, entendida como la acción y efecto de inquirir, suele asociarse a un diálogo donde alguien busca que el otro aporte determinados datos. De esta manera, un juez, un fiscal o un periodista pueden mostrarse inquisitivos.
En un contexto más informal, un padre puede volverse inquisitivo con su hijo cuando quiere averiguar qué hizo éste y cómo se comportó. El dueño de una empresa, por otra parte, puede actuar de manera inquisitiva con sus empleados si tiene la sospecha de que alguien le está robando.
En el ámbito del derecho, el principio inquisitivo es un principio jurídico característico del derecho procesal histórico, en el que el tribunal o el juez tomaban parte activa del proceso, sumando sus alegaciones a la causa en la que debían emitir sentencia.
El Proceso Penal Inquisitivo
También denominado Proceso Inquisitorial, el Proceso Penal Inquisitivo lo utilizó la Inquisición española desde su concepción hasta sus últimos días, aunque no de forma exclusiva, ya que casi la totalidad de tribunales penales de los reinos europeos existentes entre los siglos XIII y XVIII lo usaron.
El hecho de que un proceso penal tan injusto y violento haya sido utilizado ampliamente siglos atrás nos demuestra que la Inquisición no era la excepción, sino que en gran parte se basaba en los principios atroces que gran parte de la sociedad de su época tomaba como base para mantener el orden. En otras palabras, el derecho ordinario tenía el mismo modo de perseguir a asesinos, traidores y ladrones que la Inquisición, a bígamos, herejes y blasfemos.
Algunas características
* se trataba de un procedimiento sumario independiente al Ordinario Civil y al Criminal (no debía hacer caso a ningún tipo de formalismo);
* la figura del juez (denominado inquisidor) la ocupaba un funcionario público al cual no era posible solicitar la recusación, ya que se encontraba en un escalón de la jerarquía que resultaba intocable;
* el juez era el encargado de dirigir el proceso inquisitivo en toda su extensión y hacía uso de sus incuestionables poderes para llevar a cabo la investigación del caso, el análisis y la valoración de las pruebas, según creyera conveniente en cada ocasión. Su papel, lejos de lo que en la actualidad entendemos por juez, abarcaba los roles de la mayoría de los componentes de un proceso judicial normal, comenzando por el cuerpo de policía y llegando al jurado;
* el Proceso Inquisitivo podía comenzar sin necesidad de la existencia de una acusación o denuncia. Bastaba con que el inquisidor sospechase de un caso de herejía, por ejemplo, para que diese comienzo a una investigación;
* a diferencia de un juicio actual, que tiene por objetivo resolver los casos aceptando todos los posibles resultados, el Proceso Inquisitivo perseguía la admisión de culpabilidad, la confesión que permitiera ejecutar los crueles castigos que caracterizaron a la Inquisición.