El adjetivo interpersonal hace referencia a aquello que se establece o se lleva a cabo entre, al menos, dos personas. El término se utiliza para elaborar diferentes conceptos y expresiones.
Se llama relación interpersonal a la interacción recíproca que mantienen dos o más individuos. Estos vínculos están sujetos a las instituciones, leyes y costumbres que rigen en la sociedad.
La comunicación es la clave de las relaciones interpersonales. Mediante un proceso comunicativo, los seres humanos comparten información al intercambiar mensajes, que cada sujeto debe decodificar para comprenderlos. Las relaciones interpersonales implican que los participantes están comunicados entre sí.
La teoría de Gardner
El psicólogo e investigador estadounidense Howard Gardner, por otra parte, postuló la teoría de las inteligencias múltiples, que sostiene que la inteligencia está formada por distintas capacidades específicas. Entre estas diversas clases, aparece la inteligencia interpersonal.
De acuerdo a Gardner, la inteligencia interpersonal está dada por la capacidad de descubrir e interpretar los deseos y las intenciones de los demás. Se trata, por lo tanto, de una habilidad vinculada a la empatía.
A través de su inteligencia interpersonal, el ser humano elige a sus amigos y a sus parejas, por ejemplo. El nivel de inteligencia interpersonal también es determinante a la hora de establecer relaciones interpersonales y, como consecuencia, de obtener éxito en cualquier ámbito social (el académico, el laboral, etc.).
Inteligencia interpersonal vs. inteligencia intrapersonal
Es importante no confundir la inteligencia interpersonal con la inteligencia intrapersonal, asociada al autoconocimiento. La inteligencia intrapersonal permite que un individuo pueda apreciar cómo es y qué es lo que desea, mientras que la inteligencia interpersonal sirve para «leer» al prójimo.
Precisamente, el número mínimo de participantes del tipo de relaciones en las que actúa la inteligencia interpersonal es dos. La empatía y la capacidad de administrar las relaciones con los demás son los dos vértices más determinantes, aunque no todos estamos preparados para respetarlos de manera adecuada.
La importancia de la empatía
La empatía es la capacidad que tiene un ser vivo de detectar, entender y compartir aquellas cosas que sienten los demás a su alrededor, de preocuparse por su sufrimiento y alegrarse por sus éxitos. Es importante señalar que no se trata de un fenómenos limitado a seres de una misma especie, ni de algo que solamente el ser humano pueda experimentar: existen cientos de ejemplos documentados de animales demostrando empatía por otros seres vivos.
¿Cómo llevar adelante una relación interpersonal sin empatía? Pues no es posible a menos que las expectativas sean mínimas y que ninguna de las partes se frustre ante la falta de sentimientos. La inteligencia interpersonal nos sirve para evaluar el estado emocional del otro a cada momento, de manera que podamos ajustar las características del lazo si fuera necesario para mejorar la experiencia de alguna de las partes.
Administración de una relación interpersonal
Aquí entra en juego el otro aspecto de la inteligencia interpersonal: la administración de las relaciones. Se trata quizás de una de las cosas más difíciles de llevar a cabo, y esto se refleja en la corta duración que tienen la mayoría de los vínculos, en especial de pareja. Partiendo de la base de la empatía, es necesario hacer algo con esta información, dedicar tiempo y energía a alimentar la unión.
Un grado bajo de inteligencia interpersonal suele dar lugar a malentendidos muy frecuentes. Si no sabemos qué necesita el otro, probablemente no se lo demos. Si no estamos al tanto de sus preocupaciones, no lo acompañaremos cuando más ansíe un hombro sobre el cual apoyarse. Si jamás nos detenemos a estudiar sus miedos y sus frustraciones, seguramente le provoquemos ciertas heridas absolutamente innecesarias simplemente por no conocerlo bien. Como cualquier otra, la inteligencia interpersonal se puede estimular para conseguir un desarrollo por encima del innato.