El adjetivo intrincado se utiliza para calificar a lo que resulta embrollado, difuso o espinoso. Lo intrincado, por lo tanto, es poco claro.
Por ejemplo: “Los investigadores están realizando un gran trabajo, pero se trata de un caso muy intrincado”, “El nuevo filme del cineasta australiano es intrincado y difícil de seguir”, “El joven inglés se encuentra detenido desde hace tres meses, víctima del intrincado sistema judicial de la nación asiática”.
Supongamos que un periodista está investigando un caso de corrupción que implica a varios integrantes de un gobierno. El reportero intenta rastrear los movimientos financieros que involucrarían dinero negro, pero el camino es complejo ya que se combinan múltiples firmas en paraísos fiscales, diversos bancos y testaferros. El periodista, por lo tanto, sostiene que existe una intrincada red creada para ocultar el origen ilícito del dinero y la identidad de los verdaderos dueños de los fondos.
Un sendero que recorre una reserva natural, en tanto, puede calificarse como intrincado cuando no es lineal ni llano. Una senda de este tipo tiene múltiples vueltas, asciende y desciende según el tramo y exige atravesar diversos obstáculos, como arroyos, colinas, etc.
Tomemos el caso de un hombre que desea obtener la autorización para comercializar su cerveza artesanal. Para conseguir este permiso, primero debe cumplimentar un formulario y entregarlo en la Oficina de Bromatología del Ministerio de Salud. Una vez cumplido este paso, debe comunicarse por vía telefónica y solicitar un turno para que un inspector pase por su planta productiva y estudie el ambiente y la cerveza en cuestión. Si este inspector aprueba el producto, el fabricante tiene que llevar el documento que certifica el aval a la Secretaría de Producción y registrar su establecimiento. Finalmente, desde esa dependencia le deben enviar por correo postal dos constancias certificadas que el emprendedor tiene que exhibir en su planta de producción y en el local de comercialización. Como se puede advertir, el proceso es bastante intrincado, ya que no se puede resolver en pocos pasos.
La palabra intrincado no es de uso frecuente en el lenguaje popular, sino que en su lugar se usan otras como confuso o complicado. Veamos a continuación más de los varios sinónimos a los que podemos recurrir para sustituirla en nuestro discurso: enrevesado, enmarañado, difícil, liado, escabroso y revuelto. Dos de sus antónimos más comunes son lso siguientes: sencillo y claro.
El verbo de la familia de este adjetivo es intrincar, y resulta todavía menos común en el habla cotidiana que intrincado. Sus sinónimos son prácticamente los verbos correspondientes a los adjetivos antes mencionados, aunque podemos agregar algunos para ampliar la definición: tergiversar, embrollar y embarullar.
A partir de todos estos términos complementarios podemos ahondar un poco más en los matices del significado de intrincado. Uno de los aspectos fundamentales de algo que pueda ser adjetivado de esta manera es la aparente arbitrariedad que genera la confusión o la dificultad que lo caracterizan. Si repasamos los ejemplos anteriores, podremos notar esto en el caso del sistema judicial del país asiático y en el procedimiento para obtener el la autorización para comercializar cerveza artesanal.
En ninguno de esos dos casos es absolutamente necesario que las cosas sean tan complicadas de entender, que los pasos a seguir sean tan difíciles. Sin embargo, así como en el caso de la red criminal que debe penetrar el periodista del otro ejemplo, existe una clara intención de ralentizar a quien intente llegar al nivel más profundo. No estamos hablando de un camino natural que por diversas razones se haya vuelto muy difícil de recorrer, sino de estructuras creadas a consciencia, por lo cual siempre existe una razón para que sean intrincadas.