El vocablo latino invisibĭlis derivó, en castellano, en el término invisible. Este adjetivo se utiliza para calificar a aquel o aquello que no se puede ver.
A la cualidad de invisible se la denomina invisibilidad. Este concepto alude a la propiedad que lleva a un cuerpo a no ser visto por un observador cuando existen condiciones de luz normales.
En el sentido más estricto, lo invisible resulta imposible de ver para un ser humano. El oxígeno, por ejemplo, es invisible: es posible percibirlo de diversas maneras, pero no a través de la vista.
La invisibilidad también puede generarse de forma artificial o simulada. Con técnicas de iluminación se puede hacer que un objeto “desaparezca” ante los ojos de las personas, más allá de que siga estando presente y no se hayan modificado sus características físicas.
El camuflaje, por otra parte, ayuda a invisibilizar a un ser vivo o un objeto. Por eso este recurso se emplea en el ámbito militar cuando se desea que un soldado o un vehículo pasen desapercibidos para los enemigos.
En el terreno de la ficción, muchos escritores imaginaron qué ocurriría si un individuo logra volverse invisible. Por lo general la invisibilidad se asocia a un poder que le permitiría a un sujeto hacer lo que deseara sin ser descubierto y, por lo tanto, sin afrontar las consecuencias. H. G. Wells escribió al respecto en “El hombre invisible” (o “The Invisible Man”, en su lengua original).
Para la fantasía, por lo tanto, ser invisible es el sueño de muchos personajes, ya que les da la oportunidad de moverse por el mundo sin ser detectados y cumplir muchos de sus objetivos que no podrían llevar a cabo en estado normal, es decir, siendo detectados por los demás. Ya sea a través de un encantamiento, de una poción mágica o incluso de los propios poderes, un ser fantástico puede volverse invisible, algo que en la realidad es imposible.
Claro que en este término tiene una acepción subjetiva que sí podemos usar para describir la condición de una persona en el mundo real. No se trata de un cambio en su materia sino de una falta de comunicación con su entorno que la lleva a «desaparecer» porque quienes la rodean no se interesan por ella, no parecen notar su presencia o su ausencia.
Dicho todo esto, mientras que en la ficción casi cualquier personaje desearía poder volverse invisible, esta interpretación que le damos en la realidad es absolutamente opuesta y nadie en su sano juicio la desearía. Ser invisible en sentido figurado es similar a no ser querido por nadie, a no tener amigos o gente que se preocupe por uno, es vivir solo incluso estando rodeados de una multitud. Quienes no han sufrido esta situación pueden criticar negativamente las actitudes de los demás, como si se tratara de un comportamiento caprichoso por rechazo a la gente; sin embargo, se trata de un grave problema que no provocan adrede.
Para llegar a ser invisibles en la sociedad deben cumplirse ciertas condiciones que comienzan por la personalidad del sujeto. Sabemos que la timidez es un grave problema a la hora de relacionarse, ya que provoca un bloqueo emocional que puede impedirle desde hablar hasta entender con claridad lo que le están diciendo; pues es una de las características de la personalidad que suele conducir al estado de «invisibilidad» en los grupos. Partiendo de esta base, la falta de amor propio y de confianza en uno mismo nos pueden llevar a mantenernos a un costado en las reuniones, al punto de que los demás dejen de notar nuestra presencia.
Invisible, por último, es el nombre de un grupo de rock de Argentina que existió entre 1973 y 1977. El líder de la banda era Luis Alberto Spinetta.
