El concepto de letrado, cuya raíz etimológica se halla en el vocablo latino litterātus, tiene varios usos. La primera acepción que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario refiere a la persona ilustrada y erudita.
Partiendo de ese significado, también son sinónimos de letrado otras palabras tales como docto, cultivado, sabio, culto o leído. Por el contrario, antónimos son términos como analfabeto, inculto o iletrado.
La noción, de todas maneras, fue cambiando con el paso del tiempo. En un primer momento hacía mención a aquel que sabía leer o escribir: es decir, que tenía acceso a las letras. Así existía una oposición entre el letrado y el iletrado (o entre el alfabetizado y el analfabeto).
Antiguamente, quien estaba en condiciones de desarrollar la escritura o la lectura era considerado como un sabio debido a la elevada tasa de analfabetismo a nivel general. Con el avance la alfabetización, el adjetivo iletrado empezó a utilizarse para nombrar específicamente al experto en leyes.
Hoy se suele llamar letrado al licenciado en derecho: el abogado. También puede nombrarse como letrado a un jurista de una entidad pública o a un asesor jurídico.
Si tenemos en cuenta ese significado, nos topamos con palabras que también son sinónimos de este término tales como jurisconsulto, picapleitos o incluso leguleyo.
Un letrado, en definitiva, es alguien que conoce las leyes y que se encuentra autorizado para ejercer la defensa jurídica en un proceso judicial. En la mayoría de los países, el letrado debe inscribirse en un colegio de abogados para estar habilitado al ejercicio de su profesión o debe contar con un permiso del Estado.
Supongamos que a una persona la despiden sin causa de su trabajo y el empleador se niega a pagarle la indemnización correspondiente. Para hacer valer sus derechos, este sujeto acude a un letrado, quien asume su representación y empieza a accionar a nivel judicial para lograr que su defendido reciba lo que le pertenece por ley.
Dentro del ámbito de la administración, nos encontramos con una gran variedad de letrados. Así, por ejemplo, están los letrados de las Cortes, los letrados del Consejos de Estado, los letrados de la Seguridad Social…
Entre los libros que giran en torno a este profesional del Derecho, hay que destacar por ejemplo el titulado “Letrado, tiene la palabra”, que fue publicado en el año 2017 y que está escrito por Elena Regúlez Morales y Bárbara Pastor Artigues.
En concreto, esa obra lo que trata es de especificar cuáles son las características que debe tener todo buen letrado para conseguir ganar el caso en el que participa. En concreto, hace especial hincapié en resaltar su buena capacidad de oratoria.
El mundo del cine se ha inspirado en muchas ocasiones en las figuras de letrados. Este sería el caso, por ejemplo, de la película “Roman J. Israel, Esq”, que se estrenó en el año 2017 bajo la dirección de Dan Gilroy y que tiene como actor protagonista a Denzel Washington. Gira en torno a la figura de un abogado idealista que se verá metido de lleno en una serie de situaciones que pondrán en jaque sus principios.
