La etimología de licenciatura nos lleva al latín medieval licentiatura, a su vez derivado de licentiare. Se denomina licenciatura al grado académico que se alcanza luego de completar estudios de educación superior de entre cuatro y seis años de duración. Tras obtener la licenciatura, el graduado puede seguir estudiando para conseguir el doctorado.
Más allá de constituir un título universitario, la licenciatura también supone un aval para desarrollar un cierto trabajo a nivel profesional. Se entiende que el licenciado (es decir, quien cuenta con una licenciatura) dispone de los conocimientos técnicos o científicos necesarios para cumplir con diferentes tareas propias de su especialidad.
La estructuración de los grados académicos depende de cada país. A nivel general puede decirse que la licenciatura es una titulación universitaria: para acceder a la posibilidad de cursar dichos estudios, es necesario haber completado la educación secundaria con anterioridad (a la que se llega, a su vez, luego de haber terminado la educación primaria).
La licenciatura en derecho es un ejemplo de licenciatura. Aquel que completa estos estudios se convierte en abogado y está en condiciones de intervenir de distintas maneras en un proceso judicial.
Quien obtiene el título en la licenciatura en comunicación social o en ciencias de la comunicación, en tanto, se transforma en comunicólogo. Este profesional se encuentra preparado para analizar y producir contenidos en los medios de comunicación, por citar dos alternativas.
Cabe destacar que muchas licenciaturas pueden cursarse tanto en educaciones públicas como en establecimientos privados. Las posibilidades dependen de cada materia y región.
La historia de la licenciatura nos lleva a las Escuelas Mayores, un edificio que ordenó construir el Papa Luna en el año 1411 en las primeras Constituciones y que recién se finalizó en 1533. Por aquel entonces, el grado de Licenciado lo otorgaban solamente en la Universidad de Salamanca y tenía una validez superior al de «Bachiller», título considerado menor, ya que se conseguía en las denominadas Escuelas Menores.
Siglos más tarde, sus equivalentes en España serían la licenciatura y la diplomatura, las cuales ya se consideran extintas.
En los últimos años, la licenciatura comenzó a perder fuerza en España frente al denominado título de grado o, simplemente, grado, un título universitario que forma parte de la «nueva norma». Si bien se consideran equivalentes, este último presenta ciertas ventajas sobre el anterior.
La razón de esta transición al título de grado fue la integración gradual del Proceso de Bolonia en el sistema educativo, con el cual se cambiaron varias titulaciones por el grado, como ser la diplomatura y la ingeniería.
Se llama Proceso de Bolonia al que comenzó con la Declaración de Bolonia, un acuerdo que los ministros de Educación de varios países del continente europeo firmaron en el año 1999 en la Bolonia italiana para dar inicio a una era en la cual el intercambio de títulos y la adaptación de contenidos a las demandas de la sociedad fuera más fácil.
Con la licenciatura era posible acceder a un puesto de trabajo luego de un período de estudios de entre cuatro y cinco años. En España, también abría las puertas al estudio de una oposición. El grado puso fin a la antigua distinción de las carreras basada en la duración del estudio: todos los grados toman cuatro años.
A pesar de la situación de la licenciatura en España, otros países continúan otorgándola en ciertas universidades. Tal es el caso de Portugal, que no la eliminó luego del proceso de Bolonia. Desde el año 2006, la duración de una carrera de este tipo suele estar entre tres y cuatro años. Una de las más comunes es la Medicina, aunque para ejercer la profesión se necesita el Máster.
