Listo es un adjetivo que puede usarse para calificar a quien está preparado para desarrollar una determinada acción. El término alude a contar con lo necesario para ejecutar una diligencia o llevar algo a cabo.
Por ejemplo: “Acabo de aplicarme la vacuna contra la fiebre amarilla: ya estoy listo para viajar a Brasil”, “Aguárdame algunos minutos ya que aún no estoy listo para salir, todavía no me vestí”, “El futbolista obtuvo el alta médica y está listo para volver al campo de juego, aunque la decisión depende del entrenador”.
Supongamos que, en una noche de invierno, una persona debe salir a la calle a comprar comida para cenar. Como la temperatura exterior es de -5 °C, resulta imprescindible que este sujeto se abrigue antes de abandonar su hogar. Por eso el individuo recién estará listo para ir en búsqueda de la cena cuando se haya protegido con gorro, bufanda, guantes y una campera.
Una comida está lista, en tanto, si ya se puede consumir. Una pizza tradicional, por mencionar un caso, se encuentra lista cuando su masa fue horneada (es decir, no está cruda) y el queso que la recubre se fundió por acción del calor.
Por otro lado, una ensalada preparada únicamente con ingredientes naturales crudos está lista cuando éstos han sido lavados, cortados, mezclados y condimentados a gusto de los comensales. A lo largo de la elaboración de ambos tipos de comida también podemos reconocer diferentes etapas en las cuales podemos usar este adjetivo; por ejemplo: cuando la masa leva, ya está lista para ser estirada; cuando terminamos de escurrir la verdura, luego de lavarla, ya está lista para ser cortada o puesta en la ensaladera.
Los sinónimos que podemos usar para sustituir el término «listo» con el significado que le hemos dado hasta el momento son los siguientes: preparado, dispuesto, presto, apercibido, activo.
La idea de listo también se utiliza para nombrar a quien es inteligente, sagaz o perspicaz. Decir que alguien es listo supone elogiarlo.
Un niño que resuelve acertijos y crucigramas con gran velocidad puede ser calificado de listo, al igual que un hombre que, a lo largo de su vida, demuestra su capacidad para adaptarse a diferentes situaciones y así progresar a nivel laboral.
En este contexto, decirle a alguien «vaya, eres muy listo» puede resultar muy agradable a sus oídos, ya que le demuestra que ha cautivado a su observador con su inteligencia. Es importante aclarar que este término no se usa en todos los países de habla hispana con el mismo sentido, a diferencia de la acepción anterior (estar preparado para una situación o para realizar una acción), que es más común en España y América Latina.
Como adjetivo para calificar la velocidad mental de una persona, por lo tanto, tiene una connotación positiva y funciona como sinónimo de agudo, despierto, vivo, avispado, astuto y despejado. A diferencia de palabras tales como «inteligente», «sagaz» o «perspicaz», sin embargo, su uso no tiene lugar en una conversación formal o técnica, sino en el habla cotidiana, entre personas que tengan un cierto nivel de confianza mutua y una relación familiar o de amistad.
Por otro lado tenemos un uso que le da una connotación negativa al término, aunque con el mismo significado recién expuesto. Cuando alguien intenta engañar a otra persona, por ejemplo, una de las tantas expresiones que puede recibir a modo de reproche es la siguiente: «Así que vas de listo por la vida, eh». En este caso, la víctima del engaño se queja de que su interlocutor haya intentado humillarlo haciéndole creer una mentira, dejándolo como alguien cuya capacidad mental no es suficientemente alta como para detectarla.