La noción de litología procede del vocablo griego lithología. El término hace referencia a la rama de la geología centrada en las rocas.
Química y física de las rocas
Una roca, en tanto, es un material natural compuesto por uno o varios minerales. Las rocas son un elemento esencial de la corteza del planeta Tierra.
La litología se dedica al estudio de las propiedades químicas y físicas de las rocas, teniendo en cuenta las características de sus partículas. Los conocimientos que aporta esta disciplina ayudan a saber más sobre el relieve, debido a que las rocas inciden en cuestiones como los efectos de la erosión, la reacción ante movimientos tectónicos, etc.
Los expertos en litología examinan la composición, las dimensiones, la textura y el color de las rocas. Los orígenes de esta área del saber se remontan al siglo XVIII: gracias a sus aportes, las rocas comenzaron a ser categorizadas y se empezaron a entender sus peculiaridades.
Es importante tener en cuenta que la litología se orienta a las rocas que se encuentran sobre la superficie terrestre. Es decir, sus estudios apuntan a los afloramientos o las concentraciones rocosas que, por diversos motivos, emergieron del subsuelo.
Tipos de rocas
De acuerdo a la litología, es posible diferenciar entre varios tipos de rocas. Las rocas ígneas, por ejemplo, surgen por la solidificación del magma. Pueden ser extrusivas (se solidifican en la superficie) o intrusivas (se desarrollan debajo de la superficie).
Las rocas sedimentarias, en tanto, aparecen cuando se acumulan sedimentos o restos de otras rocas, mientras que las rocas metamórficas nacen a partir de cambios en otras preexistentes. A continuación, veremos cada tipo en mayor detalle.
Rocas ígneas
La formación de las rocas ígneas tiene lugar en la totalidad del magma. Éste, por su parte, es el material que comprende el manto terrestre, y es una combinación de gases, líquidos y roca fundida, que se halla en las partes más profundas de la Tierra pero llega a la superficie cuando los volcanes entran en erupción o a causa de las corrientes de convección. Gracias a la litología sabemos que cuando llega a la superficie se enfría y pierde los gases hasta que se transforma en roca ígnea.
Como mencionamos más arriba, las rocas ígneas pueden solidificarse en la superficie o antes de que el magma emerja. El primer caso da lugar a las rocas extrusivas o volcánicas; el segundo, en cambio, a las intrusivas o plutónicas.
Rocas sedimentaria
La acumulación de sedimentos que da lugar a la formación de las rocas de este tipo se puede dar en diferentes lugares, como ser las desembocaduras o las orillas de los ríos, o bien en el fondo de los valles y barrancos. Es importante señalar que el origen de los sedimentos puede ser tanto rocoso como orgánico. Se caracterizan por una gran heterogeneidad, ya que la roca madre es la que dicta la composición de cada una.
Su consolidación puede ser por diagénesis, un proceso en el cual se cementan y compactan los materiales. La litología también reconoce rocas sedimentarias sin consolidar, las cuales denomina simplemente sedimentos.
Rocas metamórficas
Este tercer tipo de roca que reconoce la litología es el más curioso, ya que no tiene un origen directo sino que depende de la formación de una anterior. Por lo general, nace tras la aparición del magma (tanto por su intrusión como por su extrusión), o bien a causa del surgimiento de cadenas montañosas. La transformación en sí, es decir, la metamorfosis, se da por medio de la presión o el calor en fluidos activos; esto altera la estructura y los minerales de las rocas originales.