La ludopatía es la adicción patológica a los juegos de azar y las apuestas. Esta adicción consiste en un deseo irreprimible de jugar pese a que la persona es conciente de las consecuencias.
El origen etimológico de este término se encuentra en el latín. Así, podemos observar que es fruto de la suma de dos vocablos de dicha lengua: ludus, que es sinónimo de «juego», y patia, que puede traducirse como «enfermedad».
En un sentido técnico, sin embargo, la ludopatía no es una adicción, sino un trastorno en el control de los impulsos, semejante a la cleptomanía (el robo compulsivo de objetos) y la piromanía (la obsesión por el fuego).
Orígenes de la ludopatía
La dificultad para resistirse o el tener comportamientos repetitivos son dos de las situaciones que pueden llevar a que una persona sufra ludopatía. No obstante, no se puede negar que otras muchas caen en este problema de adicción al juego fundamentalmente porque encuentran en él un mecanismo para liberar su nivel de estrés o para escapar de los graves problemas personales, laborales o económicos que tienen.
La ludopatía es diagnosticada a partir de diversos síntomas, como los pensamientos frecuentes sobre el juego, la irritabilidad cuando se intenta dejarlo o reducirlo y la utilización del juego como un mecanismo de evasión.
Síntomas más habituales
No obstante, existen otros muchos síntomas que también vienen a dejar patente que alguien sufre de ludopatía. Así, entre los más significativos se encuentran estos:
- Pierde el trabajo e incluso deja de lado tanto sus compromisos personales como sus estudios.
- Es capaz de llegar a cometer delitos con tal de conseguir dinero con el que continuar jugando.
- Puede pasar mucho tiempo pensando en cómo lograr dinero o cómo poder recuperar el que ya ha perdido.
- Miente constantemente sobre el tiempo que pasa jugando o las cantidades que ha dejado escapar.
- Siente excitación cuando se habla de juego e incluso cuando piensa en jugar más y más.
Consecuencias de la ludopatía
El ludópata tiende a intentar recuperar las pérdidas de juego con nuevas apuestas. Quienes sufren está afección suelen mentir a sus familiares para ocultar cuánto dinero destinan al juego e incluso son capaces de pedir ayuda económica a terceros para seguir apostando.
Los expertos sostienen que la ludopatía puede derivar en otros trastornos, como ansiedad, depresión o hasta problemas cardíacos derivados del estrés. Para tratar la ludopatía, existen grupos de autoayuda, terapias psicológicas y medicación psiquiátrica.
Es importante destacar que, cuando el juego ocasional se convierte en juego habitual, es más probable sufrir un trastorno de ludopatía. En los hombres, la ludopatía suele iniciarse en la adolescencia, mientras que las mujeres suelen desarrollar esta adicción entre los 20 y los 40 años.
Los tratamientos
Entre los tratamientos más frecuentes que existen para poder conseguir hacer frente a la ludopatía están tanto los grupos de apoyo y autoayuda, tales como Jugadores Anónimos, como la terapia conductual y cognitiva. Sin olvidar tampoco el uso, en determinados casos, de antidepresivos.
A los familiares de un ludópata, los especialistas recomiendan que traten de explicarle objetivamente al jugador qué es lo que está pasando, la cantidad de dinero que destina a apuestas y el tiempo que no dedica a su familia. También es importante hacer notar la irritabilidad y el nerviosismo del ludópata.