Lo primero que vamos a hacer para conocer el significado del término madrina es descubrir su origen etimológico. En este caso, tenemos que subrayar que deriva del latín, exactamente de “matrinus”, que puede traducirse como “mujer que hace el papel de madre”. Palabra esa que es el resultado de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El sustantivo “mater”, que significa “madre”.
-El sufijo “-inus”, que se usa para indicar “pertenencia”.
Así se llama a la mujer que brinda asistencia en ciertos contextos y adquiere, a partir de su rol, determinados compromisos.
En el ámbito del cristianismo, la madrina es la mujer que acompaña a quien recibe un sacramento. La madrina de bautismo, en este marco, interviene en el sacramento y se encarga, junto al padrino, de escoltar a los padres en la iniciación religiosa del bautizado.
Esta madrina, a su vez, debe velar por el cumplimiento de los preceptos cristianos por parte de su ahijado (la persona a la cual acompañó en el bautismo). Más allá de lo estrictamente religioso, se entiende que la madrina tiene la obligación moral de cuidar y proteger a este individuo, sobre todo ante la ausencia de sus padres.
En el sacramento de la confirmación, la madrina también se encarga del acompañamiento. Sin embargo, en este caso, el rol es más bien testimonial.
Una madrina, por otra parte, es alguien que brinda cooperación o amparo para que un sujeto o una organización prosperen. La madrina realiza diferentes clases de aportes, ya sean materiales o simbólicos, con el objetivo de ayudar al cumplimiento de metas.
La madrina de un hogar de huérfanos, por ejemplo, se encarga de recolectar donaciones y de buscar recursos para que la institución pueda funcionar y satisfacer las necesidades de los niños. Además dedica tiempo a jugar con los pequeños y a brindarles afecto para que puedan disfrutar una infancia feliz.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que en diferentes cuentos y relatos infantiles aparece la figura del hada madrina. Esta viene a ser un hada con poderes especiales y mágicos que se encarga de utilizarlos para ayudar a determinados personajes.
Buena muestra de eso es el cuento “La Cenicienta”. En él la protagonista es ayudada por un hada madrina para poder conquistar el corazón del príncipe. Así, permite que aquella pueda asistir a la fiesta que ese ha organizado gracias a que le consigue un atuendo espectacular e incluso una carroza tirada por pajes. Esta última la logra usando la magia y transformando una calabaza y unos ratones.
Otras obras literarias o incluso cinematográficas donde aparece la figura del hada madrina son “La bella durmiente” de Charles Perrault, “El sobrino del mago” (1951) de C.S.Lewis y el filme de animación “Shrek 2” (2004), que está dirigido por Andrew Adamson, Conrad Vernon y Kelly Asbury. Eso sin olvidar tampoco al largometraje “La Princesa y el Sapo” (2009), dirigida por Ron Clements y John Musker.