Magia procede del latín magia que, a su vez, se remonta a un vocablo griego. Se trata del arte con el cual se pretende producir resultados que son contrarios a las leyes naturales. Dicho arte se vale de palabras, conjuros y diversos actos y elementos.
El concepto de magia se utiliza tanto para nombrar a la ciencia oculta con pretensión de realidad como al espectáculo que, valiéndose de trucos, intenta engañar al espectador con situaciones increíbles y fuera de la lógica. En este último caso, la gente sabe que lo que está viendo no es real (como la desaparición de un objeto o la mutilación de una persona), pero no logra descubrir el secreto detrás de la ilusión.
La magia como algo sobrenatural
La magia puede entenderse de distintas formas. La religión y numerosos cultos o rituales paganos tienen un componente mágico o sobrenatural. Creer que alguien puede volver de la muerte es un acto de fe que, para un no creyente, supone algo mágico (por fuera de las leyes naturales) y, por lo tanto, imposible.
Los magos, los brujos y los hechiceros son quienes administran la magia. Algunos dicen tener poderes sobrenaturales y otros se presentan como vehículos de Dios. El ocultismo, el esoterismo y la superstición también están vinculados al pensamiento mágico.
El avance del racionalismo
A lo largo de la historia, la magia perdió su lugar preponderante en la cultura ante el crecimiento del racionalismo y el reemplazo del pensamiento mágico por la religión.
En el lenguaje cotidiano, la magia está asociada al encanto de alguien o algo. Por ejemplo: «Cuando entró al salón, eclipsó a todos los presentes con su magia», «La magia del talentoso volante fue la clave de la victoria».
Qué es la magia negra
Se conoce con el nombre de magia negra a la serie de actos que proponen métodos y fines mal vistos por la sociedad en la cual se llevan a cabo. Se trata de hechizos que buscan afectar negativamente la suerte de uno o más individuos, provocándoles problemas de salud, accidentes o la pérdida de sus posesiones, entre otras desgracias.
A través de la magia negra se busca el dominio o el control de otros seres vivos, y para ello se aprovecha una serie de herramientas que teóricamente confieren a sus usuarios poderes excepcionales. Cabe mencionar que siglos atrás no existía una línea divisoria clara entre la religión, la ciencia y estas prácticas maléficas. Fue recién con la llegada del siglo XIII que sus caminos comenzaron a separarse.
La magia negra busca provocar daños a personas individuales o al mundo entero, dado que es capaz, según sus adeptos, de generar alteraciones en cualquier clase de materia inorgánica y orgánica, incluso de forma remota. El gran poder de un hechicero nace de su relación con las jerarquías de la oscuridad. Para contrarrestar sus efectos existe la magia blanca.
Hematomancia y necromancia
Por otro lado, se denomina hematomancia o magia roja a aquella que se vale de la utilización de sangre y otros tejidos orgánicos para sus hechizos. En la actualidad, muchas civilizaciones de occidente la consideran una clase de magia negra, especialmente cuando los componentes vivos utilizados para los conjuros pertenecen a terceros, a alguien a quien se desee afectar.
La magia roja puede tener objetivos relativamente positivos, tales como el enamoramiento y la plenitud sexual, aunque su uso con fines destructivos y de manipulación es más común. Cuando se utilizan tejidos de la persona que realiza el conjuro se puede considerar magia blanca.
Por último, la magia que evoca a los espíritus de los fallecidos y que controla a los demonios se conoce como necromancia. Durante mucho tiempo se practicó en las cortes de reyes y pontífices, hasta que la teología escolástica consiguió erradicarla.