Cuando un médico actúa de forma negligente, sin atender los criterios técnicos de su especialidad, incurre en una mala praxis.
La praxis es lo opuesto a la teoría. Se trata, por lo tanto, de la práctica (la acción). El concepto de mala praxis, en este marco, hace referencia a un accionar negativo o ineficiente.
La idea de mala praxis se emplea respecto a la responsabilidad que tiene un profesional cuando actúa de manera negligente. Si un médico, un abogado o un contador no proceden según los criterios técnicos de su área, incurren en la mala praxis.
TemasLa mala praxis médica
Por lo general la noción aparece en el ámbito de la medicina. La mala praxis médica surge cuando, ya sea por omisión o por acción, el médico comete una falla en la manipulación del cuerpo de su paciente o en la prescripción de fármacos. Esta conducta implica una negligencia, imprudencia o impericia por parte del especialista.
Suele decirse que la mala praxis médica provoca un daño en lugar de curar o aliviar. Este perjuicio es producido por el médico al realizar un acto no apropiado y no cumplir con los estándares, las normas y los parámetros que rigen su profesión.
Una mala praxis puede costarle la vida al paciente.
Un ejemplo
Supongamos que una persona acude a un hospital a que le realicen una intervención quirúrgica programada. La cirugía, mínimamente invasiva, tiene un riesgo bajo. Sin embargo, pocos días después de la operación, el paciente muere.
Tras la denuncia de sus familiares y el desarrollo de una investigación, se descubre que el fallecimiento se debió a ciertas lesiones producidas durante la intervención que no fueron advertidas ni tratadas en el quirófano ni en el posoperatorio. Ante esta situación, el equipo médico interviniente es juzgado por mala praxis.
La mala praxis que sufrió Julie Andrews
Uno de los casos de mala praxis más devastadores de las últimas décadas fue el que sufrió Julie Andrews. En el año 1997, la aclamada actriz y cantante británica se sometió a una intervención quirúrgica rutinaria para que le extrajesen unos nódulos benignos de sus cuerdas vocales. El cirujano que la atendió le había asegurado que no había ningún riesgo, ya que se trataba de una operación común y de rápida recuperación. Sin embargo, su mala praxis le costó a Julie su tesoro más preciado: su voz.
Hasta ese momento, la artista creía que su voz lo era todo, que era lo que la identificaba; pero luego de su traumático episodio en el quirófano se vio obligada a redescubrir su propia identidad. Gracias a la ayuda de su hija, Emma Walton Hamilton, se apoyó en la escritura y de este modo encontró «una nueva voz».
Entre la medicina y lo natural
Tras una mala praxis que afecta de manera significativa un aspecto importante del paciente, no son raros los casos de depresión clínica, en especial si el daño es irreversible. Claro que estas historias despiertan un debate interminable que gira entorno a la necesidad de la medicina en nuestras vidas.
¿Por qué los animales pueden aceptar la enfermedad y la muerte, pero nosotros las desafiamos a cualquier precio? Ni la cirugía, ni la administración de fármacos ni los tratamientos dermatológicos son naturales, y por ello no podemos pretender que siempre nos resuelvan los problemas de salud como si se tratara de una ley superior que nos protege. No existe tal ley, porque todos estamos expuestos al dolor, a la pérdida y a la propia muerte.
Es importante señalar que la mala praxis no suele ser intencional; si bien existen casos de tipo criminal, por lo general se trata de errores, por graves que sean sus consecuencias. Cuando aceptamos someternos a una operación quirúrgica debemos contemplar esta posibilidad. El camino natural sería mucho más sencillo, aunque somos incapaces de aceptarlo: dejar que las enfermedades sigan su curso y aceptar la llegada de nuestro fallecimiento como parte de nuestro ciclo biológico.
