Para poder conocer el significado del término mandala se hace necesario, en primer lugar, descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del sánscrito “mandala”, que puede traducirse como “círculo”.
Un mandala es un dibujo que, en el budismo y en el hinduismo, se emplea como ayuda de la meditación. Los mandalas (que también pueden mencionarse como mándalas de acuerdo a la Real Academia Española) constituyen una representación de las fuerzas que rigen el universo.
Estos dibujos, por lo tanto y teniendo en cuenta su origen etimológico, suelen tener forma circular.
El mandala simboliza el microcosmos y el macrocosmos. A nivel estructural, el centro del universo se presenta como un círculo en el interior de un cuadrado. De todos modos, los mandalas son figurativos y tienen distintos diseños.
Actualmente, en los países occidentales, los mandalas se utilizan para relajarse. Colorear mandalas es una práctica habitual entre quienes desean combatir el estrés ya que la actividad brinda serenidad, permite minimizar la ansiedad y contribuye a desarrollar la creatividad.
Además de todas las ventajas expuestas, no podemos pasar por alto que se considera que colorear mandalas trae consigo otra serie de beneficios. Nos estamos refiriendo a algunos tales como estos:
-Mejora el estado de ánimo, ya que se encarga de equilibrar el espíritu, el cuerpo y la mente.
-Contribuye a conseguir que la persona en cuestión pueda expresar mejor y de manera más fácil lo que son sus sentimientos y sensaciones. Y eso se hará a través del uso que se haga de los colores.
-También se considera que es una manera de divertirse y de ocupar el tiempo libre que se tiene.
-Es una actividad que ayuda a mejorar lo que es la motricidad tanto de las manos en general como de los dedos en particular.
-No menos significativo es que colorear mandalas ayuda a mejorar la paciencia que se tiene e incluso la capacidad de esfuerzo.
-Se puede mejorar incluso lo que es la técnica y la precisión que luego se desarrollen en otras actividades como pintar un cuadro o moldear una escultura.
Asimismo se considera que ayuda a fomentar la reflexión, a estimular lo que es el gusto estético, a fomentar el pensamiento crítico e incluso a desarrollar los dos hemisferios que se tienen en el cerebro.
Lo habitual es que los mandalas se incluyan en cuadernos similares a los libros infantiles para pintar. En cada hoja aparece un mandala distinto, con las líneas impresas pero en blanco. Cada persona, por lo tanto, debe elegir qué colores utilizar para completarlo.
El trabajo exige concentración para que los trazos no salgan de los bordes. Así, pintar mandalas constituye una práctica que lleva a olvidarse, al menos por un rato, de los problemas y las preocupaciones.
Cabe destacar que muchos sitios web ofrecen mandalas para descargar de manera gratuita. Cualquier interesado en colorear mandalas, en definitiva, puede buscar diseños, imprimirlos y finalmente pintarlos a mano con lápices, marcadores (rotuladores), crayones, etc.