Mindfulness es un concepto que hace referencia a la conciencia plena. La idea aparece en el terreno del budismo y de la psicología.
En el ámbito del budismo, el mindfulness alude a una facultad necesaria para alcanzar la iluminación. Se trata de estar consciente acerca de los actos, las motivaciones y los pensamientos propios.
Cuando se logra eliminar la mentira, el resentimiento y la codicia de la mente, el individuo ingresa en el estado de iluminación. El mindfulness, en este marco, es imprescindible para estar conectado con el presente y la realidad de las cosas, alejándose de los engaños.
De acuerdo a las enseñanzas de Buda, es importante desarrollar el mindfulness cotidianamente. Por eso la persona siempre debe prestar atención a sus sentimientos y percepciones (salud mental) y a las funciones de su cuerpo (conciencia corporal).
El mindfulness según la psicología moderna
Partiendo de estas nociones budistas, la psicología moderna también arribó al mindfulness. Se considera que la conciencia plena posibilita reducir la ansiedad, minimizar los trastornos obsesivos-compulsivos y combatir la depresión.
El mindfulness, en este marco, se basa en la atención de las acciones sin apegos ni juicios. El objetivo es que el sujeto «viva el presente», dejando atrás el pasado y evitando la preocupación excesiva o el temor por el futuro.
Los psicólogos, en definitiva, entienden al mindfulness como la capacidad de situarse en el presente, prestando atención plena a lo que se vive. Es importante no quedarse solamente con una parte de lo que está sucediendo, sino que hay que comprender el presente en su totalidad y no desviar la atención a pensamientos sobre el pasado o el futuro.
Sus ventajas
En la actualidad, hay distintos centros y especialistas que ofrecen sesiones de mindfulness a quienes quieran disfrutar de las ventajas que trae consigo ese tipo de acción. Nos estamos refiriendo a beneficios tales como los siguientes, además de los ya citados:
- Consigue mejorar la capacidad de concentración.
- Ayuda a aumentar la memoria.
- Desarrolla, de forma considerable, lo que es la inteligencia emocional.
- Se sostiene, además, que mejora la calidad de vida de personas que sufren trastornos de la personalidad, ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, estrés postraumático…
Consejos para practicar mindfulness
Se considera que para practicar mindfulness hay que seguir una serie de pautas importantes:
- Debe practicarse durante media hora todos los días. No obstante, se puede comenzar con sesiones que sean de unos 10 o 15 minutos y luego ir aumentando el tiempo hasta alcanzar los 30 minutos.
- Debe llevarse a cabo en una estancia donde la persona esté muy cómoda, donde hay silencio y donde exista una temperatura óptima. En concreto, esta debe estar entre los 18º y los 25º.
- Es importante no tener el teléfono a mano; si está en la misma habitación, al menos que esté apagado o sin sonido para evitar que pueda interrumpir la sesión.
- Hay que vestir ropa que no sea ajustada y que ofrezca una gran comodidad.
- No menos importante es que para practicar mindfulness se puede poner música de fondo. En ese caso hay que destacar que debe ser relajante y contar con ciclos que sean repetitivos.
Asociado muchas veces al yoga y a la meditación, el mindfulness requiere de calma y relajación. La respiración consciente, en este marco, contribuye al equilibrio mental y a la reducción del estrés.
También puede apelarse a otras técnicas de relajación. La contemplación y la conexión con la naturaleza son otros rituales de bienestar que ayudan a la conciencia plena.
La mirada de la neurobiología
La neurobiología es la especialidad que analiza el funcionamiento celular en los circuitos que posibilitan el procesamiento de la información y la regulación del comportamiento. Diversos estudios realizados por expertos de esta área han encontrado efectos positivos del mindfulness en distintos niveles.
Se afirma, por ejemplo, que el mindfulness ayuda a activar las redes neuronales. La técnica favorece la concentración, ya que permite alcanzar niveles profundos con un esfuerzo reducido en materia de atención. Esto se debe a las huellas que la conciencia plena deja en el cerebro.
Investigaciones han demostrado, en este sentido, que la meditación habitual incrementa el grosor de la corteza cerebral. Por eso puede sostenerse que el mindfulness provoca beneficios a nivel biológico.
Si bien es motivo de debate, hay quienes sostienen que el mindfulness puede aplicarse clínicamente para tratar diferentes afecciones. Esta postura afirma que el mindfulness ayuda en el alivio del dolor y puede ser útil en el tratamiento de adicciones, enfermedades cerebrovasculares y trastornos de ansiedad.
Hay que aclarar, de todas maneras, que las conclusiones de estos estudios no son terminantes. Los críticos del mindfulness manifiestan que muchas veces son impulsados directamente para justificar las prácticas. Asimismo, advierten que se realizan en poblaciones reducidas.
Tampoco puede dejar de considerarse que la noción de mindfulness es demasiado amplia y poco precisa. Bajo este concepto, como ya indicamos a lo largo del artículo, se agrupan acciones y principios bastante diversos, con lo cual hacer alusión a sus efectos clínicos o biológicos es arriesgado.