La modestia es la característica de aquel o aquello que es modesto: es decir, que es humilde. El término tiene su raíz etimológica en la lengua latina.
Por ejemplo: «El actor volvió a evidenciar su modestia cuando frenó su automóvil para asistir a otro conductor que había sufrido un percance mecánico en su vehículo», «Era un hombre de una modestia asombrosa, que nunca se vanaglorió de sus logros», «La modestia de la habitación no le molestó: la joven se sentía a gusto en ese lugar».
Cuando el término se aplica a una persona, alude a su falta de arrogancia o petulancia. El sujeto modesto se comporta según determinados límites y no se muestra vanidoso ni soberbio.
Tomemos el caso de un cantante muy famoso que suele ser invitado a participar de los programas de TV más vistos y que aparece en las portadas de las revistas y los diarios más conocidos. Este artista, más allá de su enorme popularidad, no duda en conversar con un grupo de estudiantes para una entrevista que se publicará en un periódico escolar. Con esta actitud, queda en manifiesto la modestia de la estrella, que no pone condiciones ni exigencias a la hora de brindar notas.
Si alguien finge ser modesto, aunque en verdad no lo sea, se habla de falsa modestia. En realidad, estos individuos son arrogantes pero pretenden enmascarar su postura tratando de exhibir un recato que no tienen.
Si bien el término modestia suele usarse en el habla cotidiana, en general aparece en dos situaciones extremas: para alabar esta virtud en alguien que realmente la posee; para hacer mofa de la falta de modestia de alguien por medio de una frase sarcástica. En el primer caso podríamos decir «Realmente me sorprendió su modestia, ya que había oído que era un tipo bastante soberbio»; con respecto al segundo, en cambio, «Bueno, veo que este hombre exuda modestia por los poros… No se le vayan a taponar».
A continuación veremos algunos de los sinónimos más comunes, divididos en tres listas para hacer referencia a sus tres acepciones principales. Para el significado que denota ausencia de vanidad, tenemos los siguientes: humildad, sencillez, timidez, sobriedad, insignificancia y pequeñez. Estos son los matices que más comúnmente le damos al término en el lenguaje popular, cuando hablamos de una persona modesta. Sus antónimos son presunción, ostentación e inmodestia.
Cuando, en cambio, la palabra modestia se refiere a la categoría de una cosa, o a su importancia o nivel económico, denotando su escasez, podemos usar algunos de los siguientes sinónimos: moderación, templanza y pobreza. Esta acepción es la segunda más usada y podemos apreciarla en las siguientes oraciones: «El hotel era modesto pero estuvimos muy a gusto», «No te esperes nada del otro mundo, la recepción será modesta».
Finalmente llegamos a la tercera acepción principal, que hace referencia al pudor, el recato, el decoro y la honestidad de una persona. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, ésta suele usarse en especial para describir a las mujeres, dada la concepción machista que tenemos con respecto a la conducta de las personas, que varía en su grado de severidad según su sexo. De un hombre se espera que sea trabajador, y se le perdona la infidelidad en el matrimonio; de una mujer, que cuide la casa y críe a los hijos, y si es infiel se la considera baja, indecente, se mancha su reputación para siempre.
Se conoce como «La modestia», por último, a una obra del escultor Antonio Corradini (1688-1752). Se trata de una escultura de mármol que actualmente se encuentra en la Capilla Sansevero de la ciudad de Nápoles.
