La morfosintaxis es el área de la gramática que se encarga de la integración de la sintaxis y la morfología. Como se puede advertir, para comprender el concepto es necesario prestar atención primero a otros términos.
Gramática, sintaxis y morfología
Decíamos que la morfosintaxis forma parte de la gramática: así se denomina al sector de la lingüística dedicado al análisis de los elementos de la lengua, incluyendo su organización y su forma.
La sintaxis, por otra parte, estudia cómo se realiza la combinación de palabras y los grupos que estas desarrollan para la expresión de significados. Los componentes constitutivos y la estructura de las palabras, en tanto, son investigados por la morfología.
Reglas y relaciones
Retomando la idea de morfosintaxis, se trata de un campo de estudio que se orienta a la constitución, las relaciones y las combinaciones de las palabras. El término refiere también a las reglas que posibilitan la construcción de oraciones que tienen sentido y no resultan ambiguas.
Cuando se lleva a cabo una observación morfosintáctica, se examinan las indexaciones y las jerarquías de los constituyentes sintácticos y se inspeccionan los vínculos de concordancia en la oración.
El análisis que realiza la morfosintaxis comienza estudiando cada una de las palabras para categorizarlas y tipificarlas. Así es posible saber con qué preposiciones, sustantivos, adjetivos, verbos, etc. cuenta la oración. Luego se realiza el análisis sintáctico para determinar cómo se concretan las agrupaciones en sintagmas y cuáles son las funciones de las palabras. De esta manera se obtienen el sujeto, el predicado y los complementos de las oraciones y se establecen qué relaciones mantienen entre ellos.
La importancia de este análisis es considerable para el correcto uso de la lengua, en particular si deseamos acceder a temas de gran complejidad, más allá de las oraciones cotidianas que repetimos sin pensar, como ser «buenos días», «¿cuánto cuesta?» o «no he dormido nada». Cuando deseamos ir más allá de este lenguaje básico, necesitamos herramientas que nos permitan ordenar nuestras ideas, jerarquizarlas y luego organizarlas en oraciones que mantengan intacto el mensaje deseado, para que el interlocutor pueda interpretarlo y darnos una respuesta coherente.
Ejemplo de morfosintaxis
Ya hemos hablado de los pasos que debemos seguir a la hora de llevar a cabo un análisis morfosintáctico, pero sin llevarlo a un ejemplo puede resultar un tanto abrumador, ya que por lo general este trabajo nos lo exigen en la escuela, pero cuando alcanzamos la adultez dejamos de aplicarlo. Veamos, por lo tanto, una oración sencilla que nos sirva de referencia: «Marcela hizo una maqueta para su hermano».
El primer análisis que debemos hacer es el morfológico, tras el cual entenderemos que Marcela es un sustantivo, más precisamente un nombre propio; hizo es un verbo (conjugado en la tercera persona singular del tiempo pretérito perfecto simple del modo indicativo); maqueta y madre son otros dos sustantivos; una es un adjetivo que sirve para indicar unidad; para es una preposición que se usa para expresar el propósito de una acción; su es un adjetivo posesivo.
Habiendo estudiado la forma de la oración, llega el momento del análisis sintáctico, el cual podemos comenzar de forma general distinguiendo sus las dos partes más grandes: el sujeto («Marcela») y el predicado («hizo una maqueta para su hermano»). En la primera, dado que se compone de una única palabra, no dudamos en calificar «Marcela» de núcleo. En el predicado, en cambio, el núcleo es «hizo». Continuamos con una maqueta, que es un complemento directo, ya que puede reemplazarse por «la» («la hizo»); para su hermano, por último, es un complemento indirecto, ya que puede sustituirse por «le» («le hizo una maqueta») o, si combinamos ambos complementos, por «se» («se la hizo»).