La musa es aquello que sirve de inspiración a un artista. La noción proviene de la mitología griega, donde las musas eran deidades que habitaban en el Parnaso o en el Helicón y protegían las artes y las ciencias.
Pese a que su genealogía varía según la fuente, suele considerarse que las musas eran hijas de Zeus y Mnemósine, nacidas al pie del monte Olimpo, en Pieria. El número de musas tampoco es preciso, aunque existen nueve musas canónicas.
Las musas en la Antigua Grecia
En concreto, en la Antigua Grecia se consideraba que las nueve musas canónicas eran las siguientes:
Clio, musa de la historia.
Euterpe, musa de la música.
Polimnia, musa de los cantos sagrados.
Terpsícore, musa de la danza y la poesía coral.
Caliope, musa de la belleza.
Erato, musa de la canción amatoria.
Melpómene, musa de la tragedia.
Talía, musa de la comedia.
Urania, musa de la astronomía.
No obstante, a todas ellas habría que añadir una figura más. Nos estamos refiriendo a Safo de Lesbos, que fue considerada por el filósofo griego Platón como la décima musa. Safo podemos decir que fue una poetisa que consiguió un importante papel en la literatura del momento gracias a sus poemas de contenido amoroso.
El concepto en la poesía
Además hay que subrayar que existe la expresión «alumno de las musas» que se utiliza para referirse a los poetas.
Los poetas de la antigüedad creían que las musas les presentaban los sucesos que luego relatarían en sus poemas. Por eso no dudaban en invocar a las musas, ya que consideraban que su poder los inspiraría en sus trabajos literarios.
La musa como inspiración
Con el tiempo, se dejó de creer en las musas como divinidades o seres con real existencia (y, por lo tanto, las invocaciones pasaron a ser algo infrecuente). De todas formas, la noción de musa todavía permite hacer referencia a aquellas cuestiones misteriosas de la inspiración que no pueden explicarse con precisión.
Una musa puede ser, por otra parte, una persona, un objeto o una situación que incita la creación artística. Una mujer hermosa logra constituirse en la musa de un poeta sin que esto suponga un origen divino o sobrenatural de la persona en cuestión. Se trata, simplemente, de alguien que despierta pasiones en el artista, quien decide plasmar estas emociones a través de sus creaciones. La musa, por lo tanto, promueve la creación artística.
Salvador Dalí y Gala
Muchos son los artistas que a lo largo de la historia han dejado patente quienes eran sus musas. Este sería el caso del pintor Salvador Dalí que ha sido conocido, entre otras cosas, por tener como musa a su propia mujer: Gala. Aunque no sólo para él ejerció como tal esta mujer, también fue la musa de otras importantes figuras del siglo XX como André Breton o Louis Aragón.
Entre las obras más significativas que el pintor catalán Dalí realizó inspirándose en su esposa podemos destacar la escultura de «Gala asomada a la ventana» o el cuadro «Gala desnuda mirando el mar».