La noción de narratario se emplea en el contexto de la teoría literaria para aludir al personaje que, en el universo de una ficción, se posiciona como el destinatario de un relato realizado por el narrador. Esto quiere decir que el narrador le cuenta una historia al narratario.
Receptor del relato
El narratario, por lo tanto, es el receptor del relato. El teórico y crítico literario francés Gérard Genette (1930–2018) es señalado como el responsable de acuñar el término, que se utiliza con frecuencia en el marco de la disciplina conocida como narratología.
En algunos casos, el narrador y el narratario comparten el nivel diegético en la ficción, o sea que ambos forman parte del mundo ficticio y de los acontecimientos que se relatan acerca de éste y sus personajes. El concepto de diégesis, de hecho, incluye en su definición lo dicho recién y la acción de «rememorar o contar», en lugar de «mostrar». Todo esto se articula a lo largo de tres ejes, que son el espacio, el tiempo y los personajes.
Resulta imprescindible diferenciar entre el narrador ficticio y aquel que eventualmente lee el relato en voz alta, así como distinguir entre el narratario (el personaje que escucha al narrador adentro del relato) y el oyente real (quien escucha a alguien contar el relato).
El ejemplo clásico de narratario es el sultán en «Las mil y una noches». En esta obra, Sheherezade le cuenta distintas historias (como «Alí Babá y los cuarenta ladrones» y «Aladino y la lámpara maravillosa», entre otras) a dicho sultán a lo largo de 1001 noches. Por lo tanto, Sheherezade se desempeña como narradora y el sultán es el destinatario de los relatos (o sea, el narratario).
Clasificación
Si tenemos en cuenta cuán presente se encuentra el narratario en la obra escrita, entonces puede ser clasificado como narratario personaje (integra la diégesis del relato), narratario invocado (el narrador hace una apelación directa a él) o narratario ausente (no está explícito, pero existe). Si no hay huella alguna del narratario, se habla de un grado cero.
Comencemos por este último para definir cada tipo de narratario en mayor profundidad. El grado cero se suele usar como puntapié inicial para encontrar al narratorio en una obra dada, ya que en sí es un tipo nulo, describe precisamente la falta de esta figura en la narración, al menos por medio de marcas fáciles de distinguir o divisar. En otras palabras, es una categoría más teórica que práctica, que sirve para partir de la nada e ir hacia la existencia del narratorio.
Con respecto al ausente (que también se conoce por el nombre de no marcado), es importante distinguirlo del anterior, ya que sí existe pero no es fácil percibirlo. Esto ocurre porque el narrador no especifica su identidad, no habla de él pero sí le habla. También se puede decir que esta clase es invisible. Luego tenemos el invocado, que se podría considerar el caso opuesto al anterior: el narrador le habla directamente, nos deja clara su identidad. Esto ocurre cuando lo menciona por su nombre o haciendo referencia a su ocupación o su rol en la historia, incluso si el narratario es el lector (un caso que puede generar confusiones, por lo cual se considera especial).
El narratario personaje es el que se encuentra al mismo nivel diegético del narrador, ya que es ficticio y mantiene un intercambio con éste. Podemos pensar en las novelas epistolares, donde el medio de comunicación de los personajes son las cartas, aunque también pueda haber un narrador externo. Aquí el vínculo exige una serie de relatos que se dirigen de un personaje a otro, alternando los roles de narrador y narratario, siempre manteniéndose en el mismo nivel diegético.