El primer paso que vamos a dar antes de entrar de lleno en el significado del término Neoclasicismo es conocer su origen etimológico. En este caso, hay que establecer que deriva tanto del griego como del latín y que es el resultado de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El vocablo griego “neos”, que puede traducirse como “nuevo”.
-La palabra latina “classicus”, que es sinónimo de “clásico”.
-El sufijo “-ismo”, que es equivalente a “doctrina” y a “movimiento”.
El Neoclasicismo es un movimiento artístico nacido en el siglo XVIII que imita el estilo preponderante y las características de la Antigüedad clásica. Se trata de una estética que buscó alejarse de los excesos del barroco para regresar a los pilares antiguos.
De esta manera, enmarcado en el contexto de la Ilustración, el Neoclasicismo impulsó un retorno a la razón y a las manifestaciones artísticas de la antigüedad greco-romana a modo de guía. En el terreno de la escultura, por ejemplo, apostó por las líneas puras y el uso de mármol blanco.
En el plano arquitectónico, el Neoclasicismo desarrolló edificios monumentales y funcionales como teatros, museos y hospitales. Los arquitectos neoclásicos pretendieron hallar un modelo arquitectónico válido a nivel universal.
La pintura del Neoclasicismo, en tanto, recuperó los mitos romanos. Se le dio preponderancia a la forma y al dibujo, quedando el colorido en un segundo plano.
De la misma manera, hay que indicar que el Neoclasicismo en el arte apostó también porque sus obras tuvieran un carácter didáctico e incluso moralizador, porque mantuvieran un claro equilibrio, porque transmitieran valores como la libertad y porque abordaran en muchos casos la política.
Entre las obras del Neoclasicismo más importantes se encuentran algunas tales como estas:
-La pintura de “La familia de Carlos IV” (1880) de Francisco de Goya.
-La pintura“La muerte de Marat” (1793) de Jacques-Louis David.
-La obra escultórica “Las tres gracias” (1817) de Antonio Canova.
-A nivel arquitectónico, el Panteón de París (1758), realizado por Jacques-Germain Soufflot.
Cabe destacar que, en el contexto del auge del Neoclasicismo, se llevaron a cabo numerosas expediciones arqueológicas para encontrar y rescatar obras de la Antigüedad clásica. En línea con esta idea, Roma recuperó su importancia como capital cultural de la sociedad occidental y por eso los artistas neoclásicos solían viajar a visitarla.
Si hablamos del Neoclasicismo literario, tenemos que establecer que en él destacaron artistas tales como Daniel Defoe, creador de “Robinson Crusoe” (1719), o Jonathan Swift, el autor de “Los viajes de Gulliver”(1726).
En el ámbito musical dentro de ese citado movimiento podemos subrayar la existencia de figuras de la talla de Antonio Salieri, Ludwig van Beethoven o Wolfang Amadeus Mozart.
A nivel general, puede decirse que el Neoclasicismo marcó un regreso a la sencillez. La mitología y la historia volvieron a transformarse en las temáticas más importantes a la hora de la creación artística. Lo superfluo y lo complejo del barroco y el rococó quedaron atrás y se abogó por la simpleza, el equilibrio y la claridad.