Nochevieja es una palabra asociada al cierre del año ya que, de acuerdo a la definición avalada por la Real Academia Española (RAE), describe a la noche que marca el fin de cada año.
Se trata de una jornada especial que transcurre entre tradiciones, recuerdos y deseos de salud, amor y prosperidad para la temporada entrante. Esta fecha llega cuando el calendario gregoriano marca el 31 de diciembre y transcurre en un mismo horario a escala mundial, aunque la despedida del año viejo no es simultánea en el planeta ya que en cada rincón rige una hora local. Es frecuente, por lo tanto, que la cuenta atrás para el brindis de Año Nuevo se viva con el televisor prendido para seguir la transmisión televisiva de los festejos en naciones que no comparten zona horaria.
Qué se acostumbra en Nochevieja
En Nochevieja se acostumbra disfrutar una cena en familia y/o amigos. Por supuesto, cómo vivir esta época de fiestas depende de las preferencias personales o de la situación que se atraviese a nivel individual. Más de uno, por ejemplo, opta por realizar un viaje para esa fecha y romper con la tradición de la mesa larga y muchos platos por los cuales desfila algún menú especial conformado por variedad de aperitivos, entrantes (o entradas), platos principales y postres.
Otros, en tanto, poseen planes más simples pero gestados desde el deseo de priorizar la unión familiar y valorar el alimento sin dejarse frustrar, tal vez, por la imposibilidad de acceder a lujos como lo son, por indicar realidades concretas, brindar con champagne y comer mariscos. Como lo mejor no siempre es lo más caro o sofisticado, para darle la bienvenida al año nuevo de manera divertida no es necesario invertir grandes sumas de dinero en una cena de gala decorada con candelabros y restringida a preparaciones gourmet. Música, alegría, abrazos, besos, buena onda, algo rico para comer y tomar y, en definitiva, el bienestar de los seres amados alcanzan para vivir una linda y emotiva noche.
Rituales para el año que termina y el que llega
Por tradición o superstición, en Nochevieja y Año Nuevo mucha gente pone en marcha rituales para el año que termina y el que llega. En esa clase de prácticas, los colores consiguen un protagonismo considerable.
Cada vez más personas, por detallar una elección específica, se visten íntegramente de blanco para esa celebración. El anhelo de atraer armonía, renovación, pureza y paz motoriza, por lo general, esa elección tanto de mujeres como de hombres de distintas edades y nacionalidades. Diferente es el caso de la ropa interior, ya que los preferidos son los tonos rojos (asociándolos a la pasión y a la buena suerte) y amarillos (entendiéndolos como símbolos de vitalidad y eternidad). Creer en supersticiones también impulsa a varios individuos a reforzar el efecto cromático con la práctica de llevar al revés las prendas íntimas en Nochevieja y dejarlas correctamente al empezar a transitar las primeras horas de enero.
Aprovechar los días previos para enviar tarjetas de felicitación a parientes, amistades, compañeros de trabajo o vecinos deseándoles un buen año, así como también para armar en comunidad una figura a fin de cumplir con el antiguo ritual de la quema de muñecos son otras de las tradiciones propias del último tramo de diciembre.
En Argentina, España y otros países, al llegar la medianoche en numerosos hogares se acompaña cada una de las doce campanadas de Año Nuevo con la ingesta de una docena de uvas de la suerte.
Los rituales para cerrar cada año abarcan, incluso, un repaso mental o un proceso individual muy íntimo de recuento del año para rescatar los recuerdos positivos y aprender de aquellos instantes negativos, o no tan buenos, a fin de despojarse de pensamientos que entristecen o no suman e iniciar un ciclo nuevo con esperanza, optimismo y fe. Para dejar ir al pasado y soltarlo, hay quienes arrancan el 31 de diciembre decretando aquello que desean con el propósito de atraerlo e implementan desde muy temprano una rutina que conjuga baños de relajación para depurarse, agradecimientos hacia el universo, el uso de la escoba para barrer (limpiar energéticamente) el hogar y el encendido de velas.
Celebración de Nochevieja
Qué hacer y cómo transitar la celebración de Nochevieja depende siempre de la situación personal, las intenciones, las preferencias y las posibilidades de cada individuo.
Para satisfacción de la sociedad en su conjunto, hay un amplio abanico de alternativas a disposición de la comunidad.
Aquellos que desean vivir un festejo que trascienda a la típica reunión familiar en el hogar pueden reservar mesa en algún restaurante que ofrezca cena show o asistir a una discoteca, por ejemplo.
Vale la pena tener presente, además, que en algunas ciudades se arman eventos públicos con espectáculos y fuegos artificiales para recibir el Año Nuevo a pura fiesta. Respecto a la pirotecnia, es necesario aprovechar este espacio para crear conciencia ya que, si bien es un producto vistoso y muy tradicional, no solamente implica la inversión de grandes sumas de dinero para adquirirla sino que también es peligrosa y desestabiliza (perturba, atemoriza) con el ruido de las explosiones a animales y personas. Es más conveniente, económico y saludable, por lo tanto, entretenerse con cotillón apto para todas las edades y realidades.