Olmeca es el nombre de un pueblo que residió en una región del territorio mexicano durante el denominado período preclásico mesoamericano. Esta antigua civilización se desarrolló sobre todo en zonas que hoy pertenecen a los estados de Tabasco y Veracruz.
Los arqueólogos creen que los olmecas habitaron entre los años 1.200 y 400 a. C. Los vestigios hallados permiten inferir que tuvieron tres grandes centros ceremoniales, conocidos como Tres Zapotes, La Venta y San Lorenzo.
Tres Zapotes fue el más reciente, cuando la civilización ya se encontraba en decadencia. San Lorenzo, en cambio, fue el primer centro ceremonial olmeca. Entre ambos, existió el centro más importante: La Venta, donde se cree que vivieron cerca de 18.000 olmecas. Es importante destacar que, más allá del suelo mexicano, se han encontrado vestigios olmecas en países como Belice, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala.
Los olmecas y la escritura
Entre los logros atribuidos a este pueblo, se estima que constituyeron la primera cultura americana en desarrollar la escritura a través de glifos y en desarrollar la epigrafía (técnica usada para realizar inscripciones en materiales duros, tales como metal o roca). Por otro lado, los olmecas crearon sus propios calendarios para medir y representar el tiempo. Esta especulación se basa en el hecho de que los olmecas han sido la primera civilización radicada en Mesoamérica.
Hasta el año 2002, se contaba con una serie de inscripciones epigráficas de una extensión considerable que fueron realizadas entre 300 a. C. y 530 d. C. Sin embargo, posteriores descubrimientos ampliaron la colección con inscripciones que databan de fechas mucho más remotas, siendo 900 a. C. el año más distante, lo cual sirvió de prueba para destronar a la escritura zapoteca como la más antigua del continente americano.
Algunos estudiosos de la cultura olmeca han asegurado que ciertas inscripciones relatan la vida de un gobernante, aunque esto no ha sido aprobado por unanimidad a nivel internacional. John Justeson y Terrence Kaufman, dos lingüistas que dedicaron años de trabajo a descifrar la lengua olmeca, llegaron en 1994 a la conclusión de que se trataba de una lengua mixe-zoque, antecesora del proto-zoque y relativamente emparentada con el proto-mixe, las tres pertenecientes a la familia lingüística mixe-zoqueana, una serie de lenguas que se hablan en el istmo de Tehuantepec, el occidente de Chiapas y la sierra de Juárez.
La complejidad de su arte
Otra particularidad de los olmecas es la complejidad de su arte. Los investigadores aún no logran determinar el origen o la finalidad de esculturas con forma de cabeza gigante que fueron creadas en tiempos olmecas. Según ciertos expertos, dichas esculturas homenajean a jefes o guerreros; se han hallado 17 ejemplares hasta el momento, que en la actualidad se reparten entre el Parque Museo La Venta y el Museo de Antropología de Xalapa. Cabe mencionar que existen muchos otros objetos de gran interés que están siendo estudiados.
Uno de los rasgos más llamativos de las cabezas olmecas es su acentuada apariencia negroide, lo cual ha suscitado más de una hipótesis que apuntaba a contactos con habitantes del otro lado del océano Atlántico, aunque éstas fueron rechazadas dada la falta de evidencia de tecnología para construir barcas capaces de viajes interoceánicos en tiempos tan remotos. Opuesta a dicha teoría se encuentra la posible idealización de los rasgos, en lugar de una representación fiel de los humanos. Como dato curioso, estas esculturas fueron halladas bajo tierra, algo que sustenta la idea de que se tratara de homenajes a jefes luego de su fallecimiento.
En cuanto a la religión, los olmecas creían en una multiplicidad de dioses (eran, por lo tanto, politeístas) y adoraban el agua, el sol y otros elementos naturales. Uno de sus principales dioses era el jaguar, que es retratado en muchas obras halladas por los arqueólogos.