La orca es un animal marino que acuático que habita en diversos mares alrededor del planeta. Pertenece al orden de los cetáceos y al género Orcinus, del cual es la única especie existente. Las orcas más grandes pueden llegar a medir unos 10 metros, con una cola que supera el metro de ancho y unas aletas también de gran tamaño.
En el habla coloquial se suele nombrar a la orca como la «ballena asesina»; sin embargo, esta nominación es consecuencia de la desinformación y de una mala traducción que se hizo en el siglo XVIII sobre la forma en la que los balleneros las denominaban. Las llamaban «asesinas de ballenas», justamente porque eran casi uno de los únicos depredadores de este otro gran cetáceo.
Las orcas cuentan con una veintena de dientes por mandíbula, lo que les permite alimentarse de diferentes presas. Pueden comer ballenas, tiburones, tortugas marinas, focas, atunes y salmones, entre otras especies. Incluso hay orcas que cazan alces y ciervos cuando éstos se acercan a la costa. No obstante, es importante aclarar, que esto no significa que todas las orcas coman de todo, cada grupo dependiendo su hábitat y su cultura se alimenta de determinadas especies.
Familias diferentes de orcas
Las orcas, aunque se parecen todas entre sí, presentan características muy definidas dependiendo del grupo al que pertenezcan. Existe así una clasificación que las divide entre transeúntes (se agrupan en manadas pequeñas y se movilizan de manera casi constante, realizando largas y constantes migraciones), residentes (suelen vivir en la misma región durante casi todo el año) y marinas (viven alejadas de la costa y migran cuando lo hace su presa, generalmente cardúmenes).
Las familias se encuentran dirigidas por una hembra que ejerce de jefa y madre del grupo (la gran matriarca). Generalmente los grupos no superan los diez individuos y suelen mantenerse estables a lo largo del tiempo dada la gran longevidad de la especie (pueden llegar a los 100 años).
Otras diferencias que existen entre los grupos, además del tipo de alimentación, es el lenguaje. Las orcas poseen un dialecto que les permite comunicarse a grandes distancias con los individuos de su familia.
El cautiverio
Las orcas son animales que nadan una media de 100 km diarios, que tienen un ritual de caza y a las que les encanta jugar con su grupo. En un oceanario hay orcas pertenecientes a familias diferentes, con cultura y lenguaje distinto, lo que hace que la convivencia en esos lugares se vuelva sumamente estresante para ellas y que en muchos casos sufran acoso y toda clase de maltratos.
Por otro lado, el confinamiento en los estanques (que en la mayoría de los casos ni siquiera cumplen el mínimo de medidas reglamentarias) las vuelve apáticas e infelices. De hecho, no sólo las orcas en cautiverio viven menos de la mitad del tiempo que vivirían en libertad sino que además mientras lo hacen muestran claros problemas de estrés y atrofias físicas.
Documental sobre las orcas encerradas
La película titulada «Blackfish» realizó un estudio sin parangón sobre el delito que encierra (y valga este término) mantener cautivos a estos animales. Existen también muchísimas organizaciones que luchan a diario por la liberación de todas las orcas en cautiverio.
Entre las cosas que se dejan en evidencia en ese documental se destacan:
- Para las orcas el grupo al que pertenecen es importante; sienten un estrecho grado de cercanía. Realizan todas las tareas en conjunto, se cuidan cuando alguna de ellas enferma, ayudan a criar a los hijos y defienden a cualquiera de su grupo que pudiera estar en peligro. Las orcas en cautiverio emiten llantos persistentes durante años, en un intento de llegar a oídos de sus familiares, y flotan en esos estanques como pétalos sin vida.
- En estado de libertad, no se han registrado ataques de orcas a humanos. En cautiverio el comportamiento es absolutamente diferente; privadas de ese instinto cazador, las orcas se confunden y se vuelven agresivas y temerosas de todo. El cautiverio les arrebata su vida y ellas se frustran y actúan a la defensiva.