Perdido es un concepto que proviene de perder. Este verbo puede referirse a no encontrar algo que se tenía; a no obtener lo que uno espera; a derrochar o despilfarrar alguna cosa; o a provocar un perjuicio en un objeto.
El adjetivo perdido, por lo tanto, puede utilizarse de distintas maneras. Alguien está perdido cuando no sabe en qué lugar se encuentra y avanza sin rumbo fijo. Por ejemplo: “Cuando hay un niño perdido en la playa, lo habitual es que la gente comience a aplaudir para llamar la atención y localizar a los padres”, “El explorador permaneció dos días perdido en la jungla hasta que fue encontrado por pobladores locales”, “No estoy perdido, sólo estoy tratando de determinar cuál es el mejor camino para seguir el viaje”.
Suele decirse que un niño está perdido cuando se aleja momentáneamente de sus padres en un espacio público. Por cuestiones lógicas de la edad, el pequeño no sabrá ubicarse ni podrá regresar a su casa por sus propios medios. Los adultos, en cambio, pueden perderse al recorrer un lugar que no conocen.
Cómo ayudar a un animal perdido
Especialmente en ciertas ciudades y en las zonas descampadas, es muy común encontrar perros y gatos perdidos, que nos piden ayuda con sus miradas y es probable que aquellas personas que nunca hayan convivido con un animal no sepan cómo actuar, a quién acudir.
Desafortunadamente para estas maravillosas criaturas, por «animal perdido» también debemos entender «abandonado». Un perro o un gato, por ejemplo, rara vez pierden el rastro para regresar a sus hogares, dado que cuentan con poderosos sentidos que los orientan mucho mejor que a un grupo de seres humanos combinando sus facultades; sin embargo, para los cachorros la situación es menos favorable y muchos animales adultos son abandonados siguiendo retorcidas estrategias para que les cueste mucho volver con sus familias.
En primer lugar, una excelente idea es hacerles una fotografía; en la actualidad todos contamos con un teléfono móvil capaz de capturar imágenes de calidad, por lo cual este paso no debería ser un problema. Seguidamente, existen varias opciones para ayudar a un animal perdido:
- Hacer uso de una de las varias aplicaciones móviles desarrolladas específicamente con este fin, como son Back2Gether, Finding Rover o PiP, que incluye una función de reconocimiento facial canino.
- Publicar la información del animal en plataformas de anuncios gratuitos.
- Visitar los portales de protectoras de animales locales, así como sus cuentas en las redes sociales más populares.
- Pedir la colaboración de todos nuestros amigos y conocidos.
- Acudir a las tiendas veterinarias de nuestra zona y hacerles llegar un cartel con una fotografía grande y clara del animal perdido, así como nuestros datos de contacto.
Otros usos del término
La idea de perdido también puede asociarse a algunos adjetivos para potenciar su significación. Un hombre puede afirmar que es un “romántico perdido” para referirse a su apego por el romanticismo. Alguien que siente pasión por el fútbol, por su parte, podrá indicar que es un “fanático perdido” de este deporte.
En un sentido similar, se dice que alguien está “perdido” por algo cuando tiene una gran afición a eso: “Estoy perdido por los chocolates del nuevo negocio que abrieron frente a mi casa”, “Laura está perdida por Justin Bieber: compró todos sus discos”.
Un individuo perdido emocionalmente
Por otro lado, sentirse perdido puede hacer referencia al plano emocional, a una sensación de insatisfacción con respecto a los propios logros en la vida o a no saber muy bien qué decisiones tomar.
Se trata de algo común a muchas personas, especialmente en etapas tales como el paso a la adolescencia y la emancipación de los padres, así como al cumplir ciertas edades claves, tales como los 30 o los 40 años, momentos en los cuales se espera que hayamos alcanzado gran parte de nuestras metas.