El concepto de petiso procede de petito, un vocablo portugués que se utiliza para nombrar a un equino de poca alzada. Esa palabra lusa, que se usa para hacer mención a un “pony”, hay que exponer que, a su vez, deriva del francés. En concreto, emana del término “petit”, que puede traducirse como “pequeño”.
En varios países sudamericanos, por lo tanto, el término refiere a un caballo de altura reducida.
Por ejemplo: “Cuando vivíamos en el campo, mi padre me regaló un petiso que se convirtió en mi mejor amigo”, “En las vacaciones mi hijo disfrutó varios paseos en petiso”, “Soy demasiado pesado para montar a ese petiso, mejor voy a buscar un caballo más grande”.
La expresión de petiso de los mandados, en tanto, se usa para nombrar a un caballo que se caracteriza por su docilidad y que, al resultar obediente y tranquilo, se emplea en el desarrollo de tareas cotidianas.
Petiso, por otra parte, es un adjetivo que, en el lenguaje coloquial, califica al individuo de poca altura: “De chico era el más petiso de mi curso, aunque en la adolescencia crecí mucho”, “Es difícil jugar al básquetbol siendo petiso, pero no imposible”, “El sospechoso es un hombre de unos 60 años, petiso y con sobrepeso”.
Uno de los asesinos seriales más famosos de Argentina fue conocido como El Petiso Orejudo. Se trata de Cayetano Santos Godino, quien en su juventud asesinó a cuatro niños e incendió varias viviendas.
El Petiso Orejudo fue condenado en 1914 y en 1923 llegó al Penal de Ushuaia, mencionado habitualmente como “La Cárcel del Fin del Mundo” por su ubicación geográfica. El 15 de noviembre de 1944 el criminal murió por una úlcera gastroduodenal, aunque se cree que su fallecimiento estuvo vinculado a las golpizas que le propinaban otros reclusos por su mala actitud (Godino llegó a asesinar al gato que era la mascota del penal).
De la misma manera, no podemos pasar por alto que Petiso es el nombre de un famoso vecino del País Vasco que responde al nombre de José Lejarraga (1928). Él fue aparejador de profesión, pero si por algo destacó pronto fue por su simpatía innata y su faceta solidaria. Y es que gran parte de su tiempo libre lo ha dedicado durante años a visitar a los niños enfermos que están ingresados en los hospitales.
Sacarles una sonrisa a los pequeños y que olviden durante un rato el dolor que está pasando es lo que ha pretendido siempre Petiso que les visitaba disfrazado de todo tipo de personajes.
Una gran presencia en la actividad cultural y solidaria de dicha comunidad autónoma es la que siempre ha tenido este hombre que precisamente si es conocido como Petiso es porque es bastante bajo. En concreto, porque su altura no supera los 1,56 centímetros.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto que Petiso es, precisamente también, el apodo que tiene un famoso periodista especializado en deporte de Cali (Colombia). Su nombre real es Carlos Arturo Arango y trabaja en el medio “Zona Libre de Humo”, que está centrado de forma contundente en lo que es el fútbol, aunque ofrece información de otras disciplinas.
