La pizza es una de las comidas más populares del mundo. Sus orígenes se encuentran en Italia, sobre todo en la región de Nápoles, donde comenzó a prepararse la versión moderna de este plato.
Aunque hay múltiples variedades, lo habitual es que la pizza se cree a partir de un pan chato, con forma de disco, amasado con agua, sal, levadura y harina. Dicho pan se cubre con salsa de tomate y, tras una primera etapa en el horno, se le añade queso y casi cualquier otro ingrediente que uno desee. Entre los más frecuentes, se hallan el jamón, la panceta o tocino, las rodajas de tomate fresco, la cebolla y las aceitunas. Para condimentar la pizza, es habitual que se emplee orégano, ají molido y un chorro de aceite de oliva.
Por ejemplo: “Esta noche vamos a ir a comer pizza a la casa de Martín”, “Mi pizza preferida es la que lleva queso provolone”, “Ayer cenamos una pizza mitad con jamón y mitad con palmitos”.
Pizza en el hogar
La pizza puede prepararse en cualquier casa, cocinándose en un horno doméstico. Hay quienes, tras el amasado y los primeros minutos en el horno, optan por guardar la pizza para terminar de prepararla y degustarla en otra ocasión. La pizza, en esta etapa, se conoce como prepizza y puede congelarse.
También es posible comprar las prepizzas o incluso pizzas congeladas listas para hornear. En cada país existen marcas predominantes, que la gente suele emplear como nombre de este producto. En los años 80 y comienzos de los noventa, era normal comprar una base de prepizza en la panadería o en la tienda de alimentación (conocida también como almacén); en la actualidad, sin embargo, la mayoría de la gente opta por las prepizzas que incluyen todos los ingredientes y vienen en caja.
Restaurantes especializados
Existen muchos restaurantes especializados en pizzas, algunos de los cuales se han constituido como cadenas con presencia en todo el mundo.
Es muy común que las pizzerías (tal como se conocen a estos locales gastronómicos) cuenten con reparto a domicilio.
Secretos para elaborar una pizza irresistible
La pizza es un plato inmensamente popular, pero esto no significa que mucha gente sepa prepararlo. Por lo general, saber preparar una buena masa es motivo de admiración, ya que esto parece ser una destreza casi exclusiva de las abuelas y de los pizzeros. Sin embargo, con práctica y determinación todos podemos aprender a preparar bases crujientes y deliciosas salsas.
El primer punto a tener en cuenta es el tipo de base que se desea comer: la pizza puede tener diferentes grosores, y cada persona tiene sus preferencias al respecto. Si bien el amasado debería ser el mismo en todos los casos, cambian las proporciones de los ingredientes, de los cuales hay uno que marca la diferencia en el sabor: la levadura.
Preparar la levadura es sencillo pero requiere de paciencia, tanto antes de agregarla a la masa como después, ya que del tiempo que se le permita levar dependerá cuán aireada resulte la base. Cabe mencionar que algunas personas la utilizan en polvo y otras, en cubitos (esta última opción es más común).
Amasar es una tarea que puede parecer tediosa, pero es uno de los pasos fundamentales: se debe hacer con fuerza y durante varios minutos, hasta obtener una buena consistencia y una textura suave. Recién entonces se separan los bollos y se comienza a estirarlos con el palo.
Con respecto a la salsa, dado que existe un sinfín de variedades, el mejor consejo es no saturarla de condimentos, pero tampoco dejar de usar ajo, perejil fresco, orégano y aceite de oliva, ingredientes indispensables para una pizza verdaderamente irresistible.