Para comprender la noción de política económica, lo primero que debemos hacer es prestar atención al primer término de la expresión. Puede decirse que la política es la doctrina vinculada al gobierno de un Estado y la actividad que lleva a cabo aquel que tiene la responsabilidad de administrar los asuntos públicos.
El adjetivo económico, en tanto, refiere a aquello relacionado con la economía: la ciencia que se dedica a analizar cómo emplear recursos que son escasos para la satisfacción de las necesidades del ser humano.
Si interesante es conocer el significado por separado de las dos palabras que le dan forma al término política económica, también lo es descubrir su origen etimológico.
Política, en primer lugar, deriva del griego. En concreto, emana de la expresión «politiké techne», que puede traducirse como «el arte social» o «el arte de las cosas del Estado».
Económica, en segundo lugar, también procede del griego. En su caso, significa «relativo a las finanzas» y es el resultado de la suma del sustantivo «oikos», que es sinónimo de «casa»; de la palabra «nomos», que es igual a «ley», y del sufijo «-ikos», que significa «relativo a».
Estas ideas nos permiten centrarnos en el concepto de política económica. Así se denomina al conjunto de planes, programas y estrategias de un gobierno para intervenir en la economía de una región o de un país.
Por lo general se entiende que la política económica debe orientarse a propiciar un desarrollo económico sustentable que permita la generación de riqueza. En este marco, hay medidas que se toman para generar efectos de corto plazo (y así atender problemáticas actuales) y otras que persiguen resultados a largo plazo.
A través de la política económica, los gobernantes pueden fomentar la creación de puestos de trabajo y controlar la inflación, por mencionar dos posibilidades. Es importante mencionar que, como parte de la política económica, aparecen diversos campos de acción.
Así, dentro de lo que es la política económica, nos encontramos con la llamada política financiera o monetaria. Esta podemos establecer que es la que se encarga de «hacer uso» del dinero como una variable para así mantener la estabilidad económica de un país en cuestión.
Básicamente hay dos tipos de política monetaria: la expansiva y la restrictiva. La primera es la que se establece como meta el poner en el mercado más dinero en circulación, pues lo que pretende es estimular la economía y para eso baja los impuestos y sube el gasto público.
La segunda, por su parte, tiene como objetivo retirar dinero del mercado. De ahí que proceda no solo a disminuir lo que es el gasto público sino también a subir los impuestos. Y todo eso se traducirá, además, en una bajada de los precios.
La política económica, en definitiva, consiste en el uso de diversos instrumentos por parte de un gobierno para alcanzar determinados objetivos en el plano de la economía. Los ciudadanos pueden examinar los alcances de esta política económica y, de acuerdo a su percepción de los logros o fracasos y a otros factores, ratificar o quitar el apoyo a los gobernantes en las elecciones.