Pompa es una noción utilizada de diferentes formas. Una pompa puede ser una burbuja que se crea cuando el aire ingresa al agua. Las más frecuentes, en este sentido, son las pompas de jabón.
Por ejemplo: “Juancito estuvo jugando durante varias horas con las pompas”, “Todavía recuerdo las risas del bebé cuando vio flotar las pompas por primera vez”, “Cuando era niño, me divertía creando pompas de jabón mientras me duchaba”.
Pompa como suntuosidad o solemnidad
La pompa, en otro sentido, es la solemnidad o suntuosidad con que se desarrolla alguna acción o un evento. Hacer algo con pompa implica aportarle grandeza para que se vuelva fastuoso o solemne.
Podrá decirse que una persona que falleció es despedida con pompas cuando los funerales implican varios días de homenaje. Estas pompas suelen verse ante la muerte de un líder político; en este caso se estila exhibir su cuerpo para que la población pueda despedirse y, además, es habitual que el féretro sea llevado al cementerio mediante un desfile cívico o militar.
Otros usos del término
En México, se utiliza coloquialmente el término pompas para referirse a las nalgas: “He estado ejercitando mis pompas”, “Al agacharse para recoger los papeles, se le vieron las pompas”, “El padre pateó al niño en las pompas porque se negaba a hacer la tarea”. Cabe mencionar que entre los niños o cuando se intenta expresar el concepto con una cierta ternura se usa el término pompis.
Como sinónimo de grandilocuencia o afectación, el concepto de pompa también puede ser tomado como algo negativo. Una persona puede pedirle a otra que deje las pompas de lado en el trato cotidiano para que el vínculo humano resulte más cercano, sin ceremonias ni rituales exagerados.
Cuento «El empresario de pompas fúnebres»
El escritor ruso Alexander Pushkin, considerado fundador de la literatura moderna de su país y conocido por su poesía, su drama y su narrativa, fue autor del cuento «El fabricante de ataúdes», también conocido como «El empresario de pompas fúnebres», el cual gira en torno la influencia que el ámbito laboral tiene en los trabajadores y en su estado de ánimo. Veamos sus personajes, con una breve descripción de cada uno y los vínculos entre ellos:
- Adrián Projorov, un fabricante de ataúdes que acaba de mudarse a la calle Nikitskaia con todos los suyos, luego de haber puesto su antiguo domicilio en venta, a una casa amarilla que había despertado su imaginación desde hacía ya mucho tiempo.
- Goblit Shultz, uno de los nuevos vecinos de Adrián. Se desempeña en el oficio de zapatero.
- Yurko, trabaja como vigilante del domicilio de Goblit.
- Luisa, la mujer de Goblit, con quien celebran sus bodas de plata.
- Daria y Akulina, las hijas de Adrián Projorov.
- Pedro Petrovich Kurilkin, un sargento retirado, ya difunto, para quien años antes Adrián había vendido el primer ataúd que había fabricado.
Adrián Projorov, un hombre caviloso y sombrío, es el protagonista de esta peculiar historia y, como el título lo indica, es un empresario de pompas fúnebres, industria que se dedica a todo lo relacionado con las despedidas a los fallecidos. Las únicas razones por las que decide comunicarse a través de la palabra son para intentar obtener la mejor oferta posible por sus ataúdes o para regañar a sus hijas.
Tras una fiesta de la cual regresa a su casa en estado de embriaguez, comienza un interesante e inesperado giro, en el cual aparecen los cadáveres de todos sus «clientes». Como si esta profesión no fuese lo suficientemente particular y no despertase ya muchos mitos e interrogantes en la realidad, Pushkin consigue aprovecharla para invitar a la reflexión; la genialidad reside en que esta historia vale tanto para el rubro de las pompas fúnebres como para cualquier otro, según la lectura.