Entre los significados de la noción de práctica, se encuentra la acepción como un entrenamiento o un ejercicio que se lleva a cabo para mejorar ciertas habilidades. Una práctica profesional, por lo tanto, consiste en el ejercicio temporal de una profesión bajo la tutela de algún tipo de entrenador o maestro.
La práctica profesional suele constituirse como el primer paso de un estudiante o de un recién graduado en el mercado laboral. Se trata de una etapa que combina cuestiones típicas de un empleo (la necesidad de alcanzar un cierto grado de productividad, la obligación de acatar las órdenes de un superior, etc.) con elementos más vinculados a la formación y al aprendizaje.
Ventajas de las prácticas profesionales para las empresas
Para una empresa, ofrecer una práctica profesional constituye la oportunidad de formar empleados que luego se incorporarán a la plantilla permanente. Por otra parte, es también una manera de ahorrar costos, ya que los practicantes pueden trabajar ad honorem o recibir una paga simbólica a pesar de desarrollar tareas de importancia dentro del trabajo cotidiano de la firma.
Uno de los objetivos fundamentales de muchas compañías a la hora de llevar a cabo campañas de práctica profesional es la búsqueda de personal sin vicios provenientes de la forma de trabajar de sus competidores; formar a un individuo que nunca antes se ha desempeñado en un determinado puesto acarrea el beneficio de poder explicarle el modo en el cual debe trabajar, los límites que debe respetar, etcétera.
Esto se da especialmente en las empresas que se dedican al desarrollo de software o de contenido artístico, como puede ser animación por ordenador o diseño de imagen y sonido. Dado que muchos de los profesionales de dichos rubros suelen formarse por su cuenta, de por sí resulta difícil moldear su manera de trabajar para adaptarla a un gran grupo de personas; cuando a esto se le suma una trayectoria de varios años en otra firma, pueden existir demasiadas costumbres que cambiar y muchas veces los directivos prefieren evitar la inversión de tiempo y dinero que esto acarrea.
Beneficios para los estudiantes y jóvenes graduados
Desde el punto de vista del estudiante que accede a una práctica profesional, puede tratarse de una oportunidad única e invaluable de adentrarse en el mercado de su interés y adquirir un nivel de experiencia que le permita conocer mejor sus propias habilidades, sus propios límites. Muchas veces, de una práctica profesional surge un contrato laboral que dura muchos años, pero también es posible que sirva para divisar nuevas metas a través de un entendimiento más profundo y realista de las puertas que puede abrir una determinada carrera.
La formación que ofrece una empresa a sus pasantes puede estar a cargo de personal específico o bien de algunos de sus empleados; en este último caso, es posible organizar turnos rotativos para que, por ejemplo, los supervisores del departamento correspondiente aprovechen sus días de menos trabajo para capacitar a los recién llegados, con la ventaja de poder transmitirles conocimientos y experiencias relevantes, que se desprendan del trabajo y no de la teoría.
Las prácticas profesionales y el derecho laboral
Es importante destacar que el derecho laboral rige los vínculos entre las empresas y los practicantes. En algunos casos, como en la medicina o la ingeniería, las prácticas profesionales son indispensables para que, una vez que el joven se gradúe o se incorpore al trabajo de manera estable, tenga las herramientas y la experiencia necesarias para desenvolverse con éxito.
Una práctica profesional puede desarrollarse de múltiples formas. En algunos casos, el practicante sólo cumple media jornada laboral mientras que, en otros, trabaja a tiempo completo. En cuanto a la duración del contrato, suele variar entre los seis y los doce meses.