Precio, del latín pretĭum, es el valor monetario que se le asigna a algo. Todos los productos y servicios que se ofrecen en el mercado tienen un precio, que es el dinero que el comprador o cliente debe abonar para concretar la operación.
Por ejemplo: si el precio de un pantalón es de 100 dólares, la persona que desee comprarlo deberá pagar dicha cifra para llevarse el producto. En el caso de los servicios, el precio suele estar vinculado a un abono, cuota o tarifa ya que, por lo general, deben abonarse de manera periódica. El servicio de televisión por cable puede tener un precio de 2000 pesos al mes, entre otros casos.
Qué es el precio
El precio, a nivel conceptual, expresa el valor del producto o servicio en términos monetarios. Las materias primas, el tiempo de producción, la inversión tecnológica y la competencia en el mercado son algunos de los factores que inciden en la formación del precio.
Es importante tener en cuenta que el precio también incluye valores intangibles, como la marca. Una camisa fabricada con idénticos materiales puede tener precios muy diferentes de acuerdo a la marca, ya que el consumidor adquiere con ella diversos valores simbólicos.
Asimismo dentro del ámbito del derecho también tenemos que subrayar que existe lo que se conoce como precio. En su caso es un término que se emplea para hacer referencia a la contraprestación en dinero.
Inflación y deflación
El incremento de los precios a lo largo del tiempo se conoce como inflación, mientras que la tendencia contraria recibe el nombre de deflación.
Tanto en un caso como en otro, se estipulan y establecen las variaciones de los precios mediante toda una serie de índices de precios existentes. Este sería el caso, por ejemplo, de lo que se conoce como Índice Precios al Consumidor, llamado más habitualmente como IPC, que gira en torno a lo que son los precios de productos que son comprados de manera frecuente por las familias del país en cuestión.
Otros usos del término precio
Más allá del significado monetario, el concepto de precio se utiliza para nombrar al esfuerzo, sufrimiento o pérdida que sirve como medio para obtener algo: “Sergio pagó un precio muy alto por triunfar en el mundo profesional: le dio un infarto por el estrés”.
Tampoco hay que pasar por alto que el término que nos ocupa es habitual que se emplee de manera común para dejar patente que alguien es importante o se le tiene en gran estima. Un ejemplo del uso de esta acepción podría ser el siguiente: “Juan es hombre de gran precio por su sabiduría, su saber estar, su tolerancia y su generosidad”.
Y, por supuesto, tampoco podemos obviar que de manera coloquial hacemos uso de una serie de expresiones en las que se incluye la palabra precio. Este sería el caso, por ejemplo, de “no tener precio”. Con esta locución verbal lo que se quiere transmitir es que algo o alguien es muy valioso.
De la misma forma, también está la locución “alzar el precio”, que sirve para dejar patente que se ha llevado a cabo la subida del valor de algo en concreto.