Presentismo es un término cuyo significado varía según el contexto y la región geográfica. En Argentina, el término se emplea en el ámbito laboral para nombrar al premio que recibe el trabajador que no tiene faltas injustificadas y, por lo tanto, está presente todos los días en su puesto de trabajo.
El presentismo, en este sentido, se traduce en una recompensa económica para aquel que, a lo largo de todo el mes, no ha faltado sin causa a su empleo. En cambio, el trabajador que se ausentó de su trabajo en alguna ocasión pierde el presentismo y, por lo tanto, no recibe el dinero en cuestión.
Por ejemplo: «La empresa anunció que quitará el presentismo a los empleados que adhieran a la huelga», «Voy a quejarme con el responsable de recursos humanos: me liquidaron mal el presentismo», «Como trabajo en negro, no tengo premio por presentismo».
El presentismo como problema
En otros países, en cambio, el presentismo es un problema de salud vinculado al trabajo. En estos casos, el presentismo aparece cuando un trabajador, por miedo a perder su empleo, acude a su lugar de trabajo aún cuando está enfermo o incapacitado para desempeñarse con normalidad. Esto provoca una pérdida de productividad para la empresa en cuestión.
Mucho se ha debatido sobre el presentismo laboral y los que lo critican consideran que es fruto de las pésimas condiciones profesionales que existen en el mercado actual. Así, el temor a quedarse en el paro, hace que los trabajadores acudan a su puesto aun cuando no están en las mejores condiciones de salud.
La noción en la filosofía
Dentro de la filosofía, el presentismo es la corriente que afirma que el pasado y el futuro no forman parte de la realidad, ya que lo único que existe es el presente. De acuerdo a esta doctrina, tanto el pasado como el futuro son sólo construcciones lógicas desarrolladas por el ser humano.
Muchos son los que defienden y abogan por el presentismo. Así, por ejemplo, podemos decir que los budistas están totalmente de acuerdo con el mismo como así lo demuestran determinados documentos de esta religión en la que viene a plasmarse la idea de que sólo el momento presente es real y físico, mientras que el pasado y el futuro son irreales.
Partiendo de esa idea podemos decir que el presentismo mantiene una estrecha relación con una expresión o máxima que se ha mantenido del latín: Carpe Diem, que viene a significar «vive el momento». En este caso, ese consejo no tiene tras de sí tan complicado proceso filosófico pero sí determina que realmente lo importante, lo que existe y lo que podemos cambiar o mejorar es el presente.
Esa máxima se convirtió en emblema gracias, por ejemplo, a la afamada película «El club de los poetas muertos» (1989), dirigida por Peter Weir y protagonizada por el desaparecido Robin Williams. Este da vida a un profesor que llega a dar clase a un centro sustentado aún en normas antiguas, que pretende que sus jóvenes alumnos busquen su camino y lo hagan dándole a su vida los cambios que necesitan.