La propiedad es la facultad o el derecho de poseer algo. La noción se usa para nombrar a lo que resulta objeto de dominio dentro de los límites de la ley (como una casa) y a aquello que es un atributo o una cualidad personal (el talento, la belleza).
Algo privado, por su parte, es lo particular y personal de cada individuo (y que, por lo tanto, no pertenece a la propiedad estatal o pública). Si una clínica pertenece a un empresario, se trata de una clínica privada; en cambio, si una clínica se encuentra bajo la órbita del Estado, estamos ante una clínica estatal.
La propiedad privada según el derecho y la filosofía
En el ámbito del derecho el concepto de propiedad privada hace referencia al poder jurídico completo de una persona sobre una cosa. La forma en que esta idea se plasma en la realidad a través de las leyes ha cambiado a lo largo de la historia; como veremos a continuación.
Según la filosofía, la propiedad privada es un derecho que tienen los individuos y que surge del fundamento que determina que el ser humano es un ser que tiene por naturaleza; lo cual significa que es un individuo capaz de transformar la materia: no se limitan a usar, crean nuevos valores hasta entonces inexistentes. La filosofía afirma que la posibilidad de poseer una propiedad privada supone una protección de la persona ante el eventual avance del Estado y de sus dirigentes políticos.
En la antigüedad, sin embargo, la propiedad privada no era individual, sino colectiva (de tribus o comunidades). Recién a partir de la Edad Media, con la posesión individual de la tierra, este concepto comenzó a desarrollarse según los parámetros que conocemos en la actualidad.
La mirada del comunismo
La propiedad privada es un término muy presente en algunas ideologías. El comunismo y el socialismo, por ejemplo, sostienen que la propiedad de los medios de producción debe ser comunitaria y no individual.
En este punto es necesario hacer una aclaración. Durante mucho tiempo se ha reprochado al movimiento comunista su deseo de abolir la propiedad privada; no obstante esta crítica se funda en una tergiversación de las ideas comunistas.
El comunismo no aboga por la abolición de la propiedad privada adquirida por las personas por las vías normales, a la que considera la base de la libertad y de la independencia individual; el tipo de propiedad privada contra el que se manifiesta es contra las posesiones del pequeño burgués (la propiedad burguesa), que implica la apropiación de la plusvalía y que provoca injusticia y explotación del ser humano (de unos hacia otros).
La propiedad privada y el marxismo
En la obra de Marx, cuando se habla de la propiedad privada, no se está haciendo referencia a los objetos de uso (casa, coche) sino a los medios de producción, propiedad privada de las clases altas que genera dominación de unos humanos sobre otros. De hecho, existen dos conceptos opuestos descritos en «El Capital» que pueden ayudarnos a comprender mejor las ideas del marxismo; estos son: «propiedad privada capitalista» y «propiedad privada que se funda en el trabajo personal».
Para ser más exactos, lo que Marx plantea es el impedimento de que unos individuos con cierta influencia social y económica se apropien del trabajo de los otros, de sus facultades o habilidades y los condenen a una vida privada de libertad.
Una de las palabras favoritas de Marx es «autorrealización» y se refiere a ella como la consecuencia de la verdadera emancipación del hombre; el punto en el que el individuo se aferra a sus derechos y a su producción, sin que nadie pueda impedirlo. Además, en esta autorrealización el individuo contribuye con el equilibrio social y natural, colaborando con una sociedad justa, sin proletariado y donde la libertad deje de ser una utopía.