Las madres y los padres intentan proteger a sus hijos de todas las formas posibles.
El verbo proteger proviene del vocablo latino protegĕre. El término alude a la acción de brindar resguardo a un objeto, un animal o un ser humano.
TemasDiferentes formas de proteger
Dicha protección puede prestarse de distintos modos. En algunos casos, proteger consiste en el desarrollo de algún movimiento o en la adopción de una postura corporal: es decir, se trata de algo físico. En otras circunstancias, el amparo es simbólico o espiritual.
Supongamos que una mujer se encuentra leyendo un libro en un parque, cuando de pronto comienza a llover. Para proteger el ejemplar, decide colocarlo dentro de su campera. De este modo impide que el agua de la lluvia moje las páginas y arruine la obra.
Proteger a los seres queridos
Un padre, en tanto, puede decirle a su hijo que siempre lo va a proteger. El hombre expresa dicha voluntad con la intención de que su descendiente esté tranquilo y se sienta querido y cuidado, aun cuando concretamente no esté haciendo nada en particular.
En este punto pueden combinarse la protección emocional con la física, aunque ambas a su vez pueden manifestarse de muchas formas. Los buenos padres intentan que sus hijos no sufran más allá de lo que exige la maduración: los protegen de los potenciales daños físicos que puedan resultar de accidentes o de ataques de terceros, y también de los emocionales que deriven del maltrato psicológico en los ámbitos que frecuenta.
En la práctica, es imposible proteger a alguien de manera infalible. Incluso en las historias «con finales felices» existen el daño, la tristeza, el dolor, porque son partes de la vida misma. Un golpe, un comentario hiriente, una pérdida… Estos y otros elementos se cuelan entre los dedos de los padres más protectores porque existen para ponernos a prueba. Es importante, por lo tanto, aprender a proteger pero también a aceptar que no siempre lo conseguiremos.
Proteger las pertenencias
Es habitual que las personas intenten proteger sus pertenencias más valiosas para evitar que se las roben. Un cajón cerrado con un candado, un cofre que se abre con una clave secreta y una caja fuerte son algunos de los recursos que pueden emplearse con dicho fin.
Los datos personales que se almacenan de forma digital, por otro lado, se pueden proteger a través de diversas herramientas informáticas. El uso de claves (passwords) complejas y de un firewall o cortafuegos resultan muy importantes.
En la actualidad, gran parte de nuestros bienes se encuentran en formato digital: desde nuestro trabajo hasta nuestras creaciones artísticas, pasando por nuestra música, nuestras películas y nuestros videojuegos. Si bien todavía existen estos y otros productos en formato físico, así como la posibilidad de usar papel y lápiz para la escritura y el dibujo, son cada vez más raros. Por lo tanto, mientras que en el pasado para proteger todo esto debíamos cuidarnos de la humedad, los incendios y las termitas, por ejemplo, hoy en día basta con hacer copias de seguridad en la nube.
El cuerpo de policía debe proteger a la comunidad por medio de una asistencia integral.
La policía
La policía, por último, es una fuerza de seguridad cuya función principal es proteger a la comunidad. A nivel general, puede afirmarse que los agentes de policía trabajan para que los pobladores no sean víctimas de delitos.
Pero la protección que brinda el cuerpo de policía de cada ciudad va más allá de la lucha contra los actos delictivos: son grupos de personas que deben estar al servicio de la comunidad también en el plano emocional, para asistirlos incluso si se pierden o si no se encuentran bien físicamente, entre otras posibilidades. Digamos que se trata de «ángeles guardianes» a los cuales deberíamos poder acudir para no sentirnos nunca solos en la vía pública.
