Se conoce como psicopatología a la disciplina que analiza las motivaciones y las particularidades de las enfermedades de carácter mental. Este estudio puede llevarse a cabo con varios enfoques o modelos, entre los cuales pueden citarse al biomédico, al psicodinámico, al socio-biológico y al conductual.
Según el modelo psicodinámico, por citar un ejemplo, los procesos psicológicos son la principal causa de los desórdenes mentales y de perfil psicosomático.
La psicopatología y el enfoque biomédico
La perspectiva biomédica aborda los trastornos mentales como cualquier otra clase de enfermedad, al considerar que las alteraciones psicopatológicas son generadas por anormalidades biológicas subyacentes (genéticas, bioquímicas o neurológicas). Por lo tanto, el tratamiento debe estar enfocado a la corrección de dichas anormalidades de raíz orgánica.
En este sentido, puede decirse que un comportamiento anormal es una enfermedad surgida por el funcionamiento patológico de alguna parte del organismo. Estos se hallan relacionados con alteraciones en la porción cerebral, las cuales pueden ser anatómicas (el tamaño o la forma de ciertas regiones cerebrales no están dentro de los cánones normales) o bioquímicas (cuando los elementos bioquímicos que contribuyen al funcionamiento neuronal poseen su función alterada).
Características de los trastornos mentales
La psicopatología entiende que los trastornos mentales orgánicos son aquellos que poseen causas físicas evidentes, como ocurre con el Alzheimer, mientras que los trastornos mentales funcionales nuclean a los patrones de conducta anormales que no ofrecen indicios concretos de alteraciones orgánicas en el cerebro.
En el caso de las psicopatologías o trastornos psicopatológicos que se desarrollan durante la infancia, niñez o adolescencia de un individuo podemos establecer que existen varias tipologías entre las que se encuentra el retraso mental, los trastornos de la comunicación (fonológicos, tartamudeo…), los trastornos generalizados del desarrollo, trastornos del aprendizaje, trastornos por tics o trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria.
La psicopatología y el autismo
En el caso de los trastornos del desarrollo destacar que dentro de dicha definición se incluyen aquellos que suponen que el individuo en cuestión sufra de una incapacitación a distintos niveles. Dentro de esta categoría destaca, por ejemplo, el trastorno autista que comienza en la infancia y que se traduce en una serie de incapacidades en lo que es el área psicológica y también en el conductual.
Los cinco sentidos se ven afectados por anomalías en las personas autistas que además se caracterizan por ser callados, apenas ríen, tienen limitaciones en materia de lenguaje y comunicación y a nivel físico cuentan con una serie de deficiencias en la lateralización.
Otras afecciones de la mente
Asimismo dentro de los trastornos psicopatológicos del desarrollo se encuentra también el conocido como trastorno de Rett que se da en el género femenino y que se asemeja al autismo en cierta medida. Un retraso mental así como en la coordinación motriz son las dos señas de identidad de los pacientes de este síndrome que supone que aquellos cuenten con una severa discapacidad en muchos sentidos.
El trastorno de Asperger y el desintegrativo de la infancia son otros de los que se engloban dentro de estos síndromes psicopatológicos.
El modelo conductual de la psicopatología
Por último, resulta interesante resaltar que el modelo conductual de la psicopatología no marca diferencias entre las conductas patológicas y las conductas normales, ya que ambas son el resultado del aprendizaje condicionado por el entorno o ambiente.
Por lo tanto, se lo concede una gran importancia a las influencias ambientales en lugar de las biológicas o genéticas. El tratamiento en este modelo gira en torno a la modificación de la conducta tanto manifiesta como inferida.