La puericultura es la disciplina científica que se encarga del desarrollo saludable y de la crianza de los niños. Se trata de un concepto cercano a la noción de pediatría, una especialidad de la medicina centrada en la salud y las enfermedades de los pequeños y de los adolescentes.
El origen etimológico del término se encuentra en el latín, ya que es fruto de la suma de dos componentes de esa lengua: el sustantivo puer, que puede traducirse como “niño”, y la palabra cultura, que es sinónimo de “cultivo”.
Características de la puericultura
A través de la puericultura, se busca que el niño crezca sano y adquiera las herramientas necesarias para integrarse con éxito a la sociedad. La puericultura, de este modo, no se queda sólo en el apartado físico, sino que también estudia las relaciones entre el niño y quienes lo rodean.
Lo que busca la puericultura es difundir información y conductas que favorezcan el desarrollo biopsicosocial de los infantes. En este sentido, su trabajo se inicia en la etapa de embarazo, ayudando a la madre a conocer todo aquello que necesita para criar a sus hijos en las mejores condiciones posibles.
Uno de los aspectos más importantes para la puericultura es la lactancia. Se considera que la leche materna es fundamental para el crecimiento saludable del niño y para el desarrollo del vínculo madre-hijo. La acción de alimentarse de este modo aporta innumerables beneficios a los pequeños y también a su madre.
El rol del especialista
Se conoce como puericultora a la persona especializada en puericultura y dedicada al cuidado de la salud de los infantes. Las puericultoras son agentes sanitarios que brindan asesoramiento a las madres y le ofrecen acompañamiento en los primeros años de la crianza.
El trabajo de la puericultora puede comenzar incluso antes del embarazo. En esa instancia, se asesora a quienes buscan convertirse en padres sobre cuestiones vinculadas a la planificación familiar, el desarrollo de la maternidad y la paternidad y los posibles trastornos hereditarios. Una vez que la gestación está en marcha, la puericultora puede informar sobre vacunación, la lactancia materna, el sueño infantil, el cambio de pañales, la prevención de accidentes, la seguridad en el hogar y otras cuestiones que son importantes saber antes del parto. Luego la labor de la puericultora va adaptándose al crecimiento del niño, abarcando cuestiones como la nutrición infantil, la dentición, los juegos educativos, el desarrollo cognitivo y la socialización, por ejemplo.
Cabe destacar que existen distintas opciones formativas para especializarse en puericultura. En Argentina, por ejemplo, puede cursarse la Tecnicatura Universitaria en Puericultura, que brinda conocimientos sobre crecimiento y desarrollo de los niños, cuidado infantil, estimulación temprana y control de salud.
Tipos de puericultura
Dado que las funciones que realiza el puericultor o puericultora son amplísimas, es posible reconocer distintas ramas o facetas de la disciplina que se complementan:
- Puericultura educativa, consistente en encargarse de acometer desde los distintos programas y planes educativos hasta de formar hábitos saludables pasando por estimular el desarrollo del menor.
- Puericultura técnica. Debe establecer y aplicar programas que permitan que el niño no sólo crezca y se desarrolle de manera normal sino también que pueda satisfacer sus necesidades en todos los sentidos.
- Puericultura investigativa, que estudia a fondo determinadas situaciones para llegar a ideas, conclusiones y proyectos que permitan mejorar la calidad de vida de los niños en diversos aspectos.
- Puericultura preventiva. Los profesionales de la puericultura fomentan, impulsan y promueven actividades, programas y planes específicos en pro de la salud de los niños para tratar de evitar que sufran ciertas infecciones o enfermedades.
De acuerdo a la edad de los niños, en tanto, se mencionan clasificaciones como la puericultura del lactante, la puericultura de niños preescolares y la puericultura de niños escolares. Incluso puede distinguirse entre una puericultura preconcepcional (previa al embarazo), una puericultura prenatal (antes del nacimiento) y una puericultura posnatal (cuando el niño ya nació).
Su vínculo con la medicina
Para trabajar en el ámbito de la puericultura se considera que toda persona debe respetar una serie de normas y códigos éticos, tales como tener la titulación que le capacita como tal, seguir formándose de manera periódica, asumir el compromiso con los niños, dirigir el proceso de enseñanza y velar por el bienestar de los pequeños.
Es importante tener en cuenta, de todos modos, que una puericultora no reemplaza a un médico y que la madre siempre debe encargarse de llevar a su hijo a los controles médicos necesarios para el cuidado de su salud.
La puericultura contribuye al desarrollo infantil saludable interviniendo en cuestiones asociadas a la crianza y el cuidado. Una pediatra, en cambio, es una profesional de la medicina que dispone de los conocimientos necesarios para prevenir y tratar enfermedades y otras patologías. Una puericultora, por ejemplo, no puede recetar medicamentos, a diferencia de una pediatra.