En sus orígenes, una pulgada equivalía al ancho de la primera falange del pulgar de la mano.
Pulgada es un término que procede de pulgar. El concepto se emplea para nombrar a un tipo de medida cuyo valor ha cambiado a lo largo de la historia. En su sentido original, la pulgada era equivalente al ancho de la primera falange del dedo pulgar de la mano.
Por cuestiones lógicas, la pulgada no tenía la misma longitud en todos los países. Generalmente se tomaba como unidad el pulgar del monarca de la región, algo que provocaba diferencias en las equivalencias.
TemasLa pulgada a lo largo de la historia
A partir del siglo XIX, comenzó a utilizarse el sistema métrico decimal y la pulgada quedó en desuso. La excepción se encuentra en los países anglosajones, que mantuvieron la pulgada como unidad de medida y establecieron su longitud en 25,4 milímetros.
En el sistema anglosajón de unidades, por lo tanto, sigue utilizándose la pulgada (o inch, como se conoce en inglés). Existen, por lo tanto, diversas equivalencias entre las pulgadas y sus múltiplos.
Un pie, por ejemplo, equivale a doce pulgadas. Una yarda, por su parte, es equivalente a treinta y seis pulgadas. Una milla es igual 63.360 pulgadas y una legua, a 190.080 pulgadas.
El concepto en el deporte estadounidense
Es frecuente encontrarse con pulgadas cuando uno observa deportes estadounidenses. En la NBA, los norteamericanos mencionan la altura de los jugadores en pulgadas. Así, puede decirse que LeBron James mide 6 pies 8 pulgadas (el equivalente a 2,03 metros).
En el fútbol americano, por su parte, se utiliza la expresión 4º y pulgadas (4th and inches) para nombrar a un cierto avance, oportunidad o down de un equipo.
Es habitual que el tamaño de un televisor se exprese en pulgadas.
Los televisores y las pulgadas
La industria de los televisores se apoya también en esta unidad de medida para diferenciar los varios tamaños de sus productos. Por lo general, todas las empresas publican aparatos cuyas dimensiones se encuentran dentro de un cierto rango, aunque éste no presente una escala regular, ya que ciertas medidas no son comunes; por ejemplo, existen televisores de 24, 26, 27 y 32 pulgadas, pero no de los tamaños intermedios faltantes en dicha lista.
Antes de la era digital, cuando los televisores se fabricaban con la tecnología de tubo de rayos catódicos (la cual se reconoce por la sigla en inglés CRT, Cathode Ray Tube), los consumidores no solían tener nociones de definición de pantalla, sino que se enfocaban en la nitidez y el tamaño del aparato. En otras palabras, hasta mediados de los años 90, gran parte del público asumía que el tamaño era un factor muy importante a la hora de escoger un televisor, como si fuera sinónimo de «calidad de imagen».
En la actualidad, dado que la media de la población tiene un grado mayor de información relacionada con la tecnología de este tipo de dispositivos, las dimensiones del televisor no tienen tanta prioridad como la definición, el contraste y el tipo de pantalla. Si bien oír 50 pulgadas es suficiente para tentar a muchas personas a desembolsar todo su dinero en un dispositivo de lujo, pesan más otros conceptos, relacionados con las tecnologías usadas para la fabricación, y la reproducción de vídeo.
Uso del concepto en países de habla hispana
Resulta muy curioso que si bien la mayoría de las personas de habla hispana no saben a cuántos milímetros corresponde una pulgada todos utilicen esta unidad de medida para comparar el tamaño de dispositivos tales como teléfonos móviles, tabletas y monitores.
Dicha confusión se acrecienta cuando se combina con el hecho de que los fabricantes de pantallas las miden en forma diagonal, tomando dos vértices no consecutivos, y que no todas tienen la misma relación de aspecto, también llamada ratio, razón o proporción de aspecto. En pocas palabras, saber que un monitor es de 23 pulgadas no es suficiente para conocer sus proporciones, ya que, por ejemplo, uno con ratio 16:9 se ve mucho más ancho que uno 4:3.
