Un perro labrador puro, sin cruzas
El vocablo latino purus arribó a nuestra lengua como puro. Este adjetivo puede utilizarse para calificar a aquello que no está contaminado ni mezclado con otra cosa.
TemasComo adjetivo
Por ejemplo: “Para preparar esta receta es necesario utilizar cacao puro, sin azúcar ni aditivos”, “Mi perro es un dóberman puro que fue premiado en una reciente exposición canina”, “Me recomendaron limpiar la pantalla con alcohol puro”.
Puro también puede ser aquello que no está acompañado por algo más o que colma la capacidad o el espacio: “¡Este licuado es pura agua! Pensé que iba a tener más fruta”, “Mi abuela es puro amor, nunca le hace mal a nadie”, “El comunicado del cantante es pura acusación; el artista no reconoce su responsabilidad en el hecho”.
Alguien puro, en tanto, es casto y/o carece de defectos morales: “El abusador corrompió a decenas de niños puros que ahora sufren las consecuencias psicológicas y físicas de la vejación”, “Pedro es un hombre puro, con buenos sentimientos”, “Creo que ya no queda nadie puro en esta sociedad”.
El cigarro
Un puro, por último, es un cigarro fabricado con hojas de tabaco que se enrollan, sin emplear papel en el armado. También conocido como habano, el puro tiene que ser conservado en un entorno con una humedad relativa de entre el 65% y el 70% aproximadamente. De lo contrario, estos productos no se queman de manera homogénea y pierden su aroma característico.
Al artefacto ideado para el almacenamiento adecuado de los puros se lo denomina humidificador o humidor. Se trata de un recipiente con un sistema que permite el control del nivel de la humedad y, en ocasiones, de la temperatura.
Historia del puro
En primer lugar debemos hablar del tabaco, una planta que se originó en América del Sur y se cree que entró en Cuba hace alrededor de cinco mil años, aunque dependiendo de la fuente la fecha puede variar hasta un milenio más cerca de nuestra era. Los indígenas de la región, muchos de los cuales eran los denominados indios taínos, consumían esta planta con asiduidad. Cabe mencionar que la consideraban fundamental para complementar las ceremonias de carácter social, religioso y político, además de un medicamento natural, de manera que ocupaba el lugar más importante en sus cultivos.
Cuando llegaron los españoles, a comienzos del 1500, descubrieron el tabaco y lo llevaron a Europa. Como podemos imaginar, el mundo entero no tardó en sentir una profunda fascinación por esta planta y por el puro, algo que se mantiene incluso en la actualidad. Cuanto más lo prohibían, más atracción generaba, en parte colándose como producto de propiedades medicinales. En el año 1717, el rey Felipe V decretó un monopolio real de los cultivos de tabaco en Cuba, un hito que con el paso del tiempo pasó a conocerse como Estanco del Tabaco.
El puro es un tipo de cigarro también conocido como «habano».
Un siglo más tarde, el rey Fernando VII suprimió dicho monopolio, dando lugar a la exportación de puros por parte de Cuba. La inmigración española dio lugar al denominado campesinado cubano, gracias al cual el cultivo de tabaco no se apoyaba en la esclavitud, sino que lo llevaban a cabo personas libres. A lo largo del 1800 la producción de tabaco en las islas Antillas creció considerablemente, al punto de alcanzar alrededor de mil trescientas fábricas y diez mil terrenos de cultivo.
En la actualidad, el mercado de los puros provenientes de Cuba es exclusivo de la compañía llamada Habanos S. A. , la cual tiene el control absoluto de su exportación, distribución y promoción en todo el mundo. Cabe señalar que además de los habanos, controla la comercialización de otros productos que también derivan del tabaco.
